“Vivir en monotonía las horas mohosas de lo adocenado, de los resignados, de los acomodados, de las conveniencias, no es vivir la vida, es solamente vegetar y transportar en forma ambulante una masa informe de carne y de huesos. A la vida es necesario brindarle la elevación exquisita de la rebelión del brazo y la mente. Enfrenté a la sociedad con sus mismas armas, sin inclinar la cabeza, por eso me consideran, y soy, un hombre peligroso.”
- Quien así pensaba era Severino Di Giovanni (1901-1931), el anarquista italiano que llegó a la Argentina huyendo del hambre y la miseria que asolaban su tierra natal, por entonces convulsionada por la violencia ejercida por las Squadre d'Azione, la canalla fascista que pasó a la historia con el nombre de "camisas negras".