Esa agua que salta en mi imaginación
es más real que ningún otra
porque baña mi espíritu y me calma.
y es el agua más segura que conozco.
Cuando el ave atraviesa los océanos
no piensa que es tan cruel la lejanía.
es más real que ningún otra
porque baña mi espíritu y me calma.
y es el agua más segura que conozco.
Cuando el ave atraviesa los océanos
no piensa que es tan cruel la lejanía.
José Lezama Lima
A casi 60 kilómetros de Holguín, se encuentra esta hermosa playa de
5 kilómetros marítimos de mar turquesa. Y hasta allí fuimos, con las palabras
de Marcos y Celeste, afirmando esta acción.
Desde Holguín, no hay muchas opciones para llegar más allá
que es la urbe más cercana. Una web de turismo cubano, informa que “no hay
acceso directo en ómnibus a Guardalavaca desde La Habana u otras ciudades o
destinos de Cuba, es preciso viajar hasta la ciudad de Holguín con Viazul o
Astros (las principales compañías de transporte por ómnibus, buen confort, aire
acondicionado, puntualidad) y desde allí hasta Guardalavaca en taxi (35-40
CUC), u ómnibus locales (estos últimos incómodos, impuntuales, pocas
frecuencias).”
Nosotros, no le hicimos caso sumiso a estas palabras y desde
Holguín, fuimos en bus hasta la playa. Es cierto, la movida no fue simple pero
certera. Desde las dos torres más altas de la ciudad, a 200 metros del estadio
de pelota, salen los taxis y las guaguas para esa dirección.
Desde esta parada, escogimos una guagua hasta Rafael Freyre
por $5 pesos cubanos cada uno. Y después de media hora de viaje, hicimos
combinación hasta Aguada La Piedra por el mismo valor. Y de allí, caminamos
casi 2 kilómetros hasta Guardalavaca.
La caminata, por el costado de la carretera, fue junto a un
guajiro a caballo, que nos relató su historia de vida y de los campesinos en
época de revolución. El calor, también tuvo un papel influyente, ya que los
dedos del sol, disparaban con firmeza hacia nuestros cuerpos.
Finalmente, cerca de las 11 de la mañana, llegamos a Guardalavaca,
uno de los primeros lugares visitados por Cristóbal Colón a su
llegada a la isla. Que hoy, después de la caída del bloque soviético y la
apertura económica, tiene mucho de aquellas épocas de piratas y colonos.
La playa, paradisiaca y con mucha vegetación, es de las más
visitadas en la isla y a nuestro entender, la más linda y placentera del viaje.
Pues, los bares, restaurantes, hoteles y ferias, son parte del paisaje y
ensucian la mirada de los viajeros amantes de la naturaleza.
El regreso a la ciudad, no fue menos trágico que el viaje de ida. Desde la misma playa, hablamos con un chófer y nos subimos a su guagua. Abonamos $1o pesos cubanos cada uno y fuimos sentado en el piso. Mientras que las butacas iban colapsadas de cubanos en fiesta, tomando rhon y gritando y comiendo.
Pero a Guardalavaca, si visitas Cuba, tienes que ir, sea
como sea, pase lo que pase. Próxima Estación, Santiago de Cuba…