“Ver un
mundo en un grano de arena
y un cielo
en una flor silvestre,
atrapar lo
infinito en la palma de la mano
y la
eternidad en una hora”
William
Blake
Cuando viajamos a territorio desconocido,
necesitamos un mapa para no extraviarnos, para que nuestra posición tenga
sentido y poder decidir la ruta que vamos a tomar, pero este viaje, en
particular, es multidimensional y no hay mapa que lo refleje.
Creo que podemos encontrar un marco que nos
permita desplazarnos, hacia adentro o hacia afuera y que nos oriente cuando
dejamos el mundo de lo cotidiano.
Éste mundo, lo dejé junto a Martín, el viernes
a las 15.30 horas, cuando el bus nos levantó en la rotonda de Santa Teresita.
Vale recordar, que a veces “el mapa no es el país”
y que ningún mapa es infalible, ni siquiera “correcto” en un sentido eterno o
doctrinario.
Nosotros, sabíamos que el destino era Salta
capital, para luego seguir viaje hasta el Valle de Seclantás pero también sentíamos
que el alma, no tiene mapas ni fronteras.
Próxima Estación,
Seclantás.