martes, 9 de octubre de 2018

Nunca deja de nacer...


“Todos y cada uno de nosotros paga puntualmente su cuota de sacrificio, conscientes de recibir el premio en la satisfacción del deber cumplido, conscientes de avanzar con todos hacia el hombre nuevo que se vislumbra en el horizonte.” Ernesto Che Guevara

Deseo compartir por esta vía en el 51º aniversario de su desaparición física, una anécdota que me ocurrió un 9 de octubre en Bolivia:
Luego de atravesar el continente latinoamericano por cuantiosos meses, de sur a norte y viceversa y de respirar sus olores y sentir sus latidos, justamente, para ésta histórica fecha, me encontraba en el país que lo asesinó.

Pues, estaba en la fila de un banco leyendo la biografía del CHE, el libro, paradójicamente estaba tan vivo y la gente alrededor, muy seria, como silenciada, como ocurre, me imagino, en cualquier banco del mundo…
Pero yo, no aguanté, y empecé a leerlo a viva voz, para llenar ese vacío existencial. Los guardias, me hicieron callar e insistí. Me quisieron quitar el libro, pero el CHE no los dejó.
Finalmente, me echaron del b
anco, por no respetar las normas y me quedé con el libro y el dinero sin cobrar. Ese día, sin almorzar y sin una moneda, fue mi pequeño pero sensato homenaje a Ernesto Guevara, en la tierra que lo asesinaron.

Próxima estación, Esperanza...