sábado, 28 de febrero de 2015

La carretera, nos abraza...

Gracias a la tierra que nos acoge. 
Gracias a los ríos, lagos y océanos que nos dan su agua.
Gracias a los árboles que nos dan frutas y nueces.
Gracias al viento que trae la lluvia para regar las plantas.
Gracias al sol que nos da luz y calor. 
Gracias a la luna que nos da su luz, brillo y claridad mental. 
Gracias…
Yiramundi

Hace unos meses, habíamos dicho que "Regresar no es Retroceder" y mientras escribo aún en estas hojas en blanco, pienso si ya hemos canalizado todo lo vivido en el viaje anterior para estar preparando el cuerpo y el alma para lo que viene…
Y en este regresar, que ha reconfortado la vida diaria, andábamos trazando mapas, señalando rutas, buscando equipaje y corazones que se animen a rodar por las costas uruguayas.
Porque un amigo y otros amigos de viajes, nos están esperando bajo un cielo del mismo color. Y finalmente, en ese cielo celeste, seremos cinco bici aventureros que iremos como un puño apretado en busca de la libertad.


Cinco amigos, que por distintas consecuencias pero en la misma atmósfera hemos ido forjando un tallo con raíces en tierra firme. Los frutos, dulces y locos, florecen en cada encuentro y en cada abrazo.
Así, en son de verano, estaremos rodando hacia el horizonte más próximo, que algunos llaman “utopía” porque en tierras de Eduardo Galeano, “Las palabras andantes” harán su viaje y nosotros, el nuestro…


Próxima estación, Uruguay