sábado, 31 de diciembre de 2016

Buenos Vientos...

“No sé si serán los años, pero he bajado el volumen de lo que escucho y he subido el tono de lo que siento. Me estremece un atardecer, el sorbo de un buen café, una grata compañía, una bella melodía, el calor de una mirada, el poder de un beso. No sé si sean los años, pero empiezo a ver la vida tan bella como realmente es.”
Anónimo


Hijo del amor que soy, camarada de cada combatiente en el pensamiento, en la poesía y en el arte, en esta refriega infinita de quienes vivimos siendo fieles a la grandeza universal y a pesar de la cárcel que atrapa la humanidad entre el mundo real y el mental,  seguimos caminando por América Latina.
Sosteniendo la palabra y el puño, la pluma libertaria y la empatía como armas de construcción y de destrucción de lo superficial y lo volátil. Entendiendo el paso de la vida como un acto revolucionario desde el nacimiento hasta nuestros últimos respiros.
Aceptando los daños y los dolores y aprendiendo de los mismos para fortalecer nuestro Yo interior. Sintiendo la vida y amando vivir.
Desde Radio Yiramundi, los abrazamos a la distancia y lo sostenemos en el viento, libre y revolucionario y en el silencio, que mucho dice y poco calla. Buenas rutas, viajeros.


Solo creo en los amores que ven mas allá de los cuerpos y leen almas.
Solo creo en los amigos que respetan los tiempos.
Solo creo en los humanos que son capaces de verse a si mismos.
Solo creo en mi cuando estoy en calma.
Porque los amores que ven cuerpos, se acaban con los años.
Porque los amigos que no respetan, son solo buitres al acecho.
Porque los humanos que no se ven a si mismos, creen que son siempre los otros los equivocados.
Y porque cuando yo no estoy en calma, soy todo aquello en lo que no creo.
Alejandra Baldrich

viernes, 23 de diciembre de 2016

Nuestra Esencia

Es tiempo de volver una mirada a la Sabiduría. Es tiempo de que volvamos a recordar y una de las mejores formas es escuchar el mensaje que nos dan nuestras raíces, nuestros ancestros, nuestros pueblos. Somos indios, somos Sangre indígena, somos humanos, somos animales, somos naturaleza, somos conciencia, somos América, somos Pachamama, somos Tierra, somos Uno... 
Los dejo con el Viejo.


Para aprendermás sobre los indios Hopi en español véase este interesante sitio: 

jueves, 15 de diciembre de 2016

Alma Viajera

Se viaja no para buscar el destino sino para huir de donde se parte... 
Miguel de Unamuno

"Cuando era niño y solo veía el horizonte, me decían que "¿soñar? sueñan todos los niños". De adolescente te dicen que "todo sueño concluye" y de adulto que "la fiebre y lo sueños son para los niños", pero hasta ahora todas las recetas han fracasado cuando oigo el pitazo del tren o el bus que pasa por la carretera y se pierde en el horizonte, o el simple rodar de la bicicleta al viento pues, me provocan el insaciable deseo de partir... En otras palabras nada ha cambiado en mi vida o para ser mas claro: quien fue vagabundo, lo será siempre... (Un vagabundo por viajar)


jueves, 8 de diciembre de 2016

El viaje es una poesía

"Quien posee tu tiempo posee tu mente; posee tu propio tiempo y conocerás tu propia mente." José Argüelles (Día Fuera de Tiempo)

Los mejores momentos de la vida me llenaron de miedo:
Agarrar un mapa,
armar la mochila,
abrir la mente,
perderme en la ruta,
quedarme en casa de desconocidos,
hacerle caso al corazón,
abrazar un árbol,
dormir en la guardia de un Hospital,
despertar en la frontera,
navegar en una panga,
desafiar la cordura,
sentir el arte
y expresar mi cuerpo,
rodar por la montaña,
enfrentarme a la altura,
crear lo que creo,
soñar lo que quiero,
querer lo que tengo,
escribir lo que siento...
Y estoy seguro:
¡del otro lado de los miedos, está la vida!


PH: Santa Clara, Cuba

jueves, 17 de noviembre de 2016

Te deseo - Víctor Hugo

Víctor Hugo: (Besanzón, 26 de febrero de 1802 – París, 22 de mayo de 1885). Su vida estuvo unida a la necesidad y la disciplina de escribir, actividad que se imponía, y de la cual salieron poemas, novelas, obras teatrales y una extensísima obra epistolar.


Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que sí es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar.

Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro

Te deseo además que seas útil,
más no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.


Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no
madures demasiado de prisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
y su dolor y es necesario dejar
que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena, que la risa
habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima
y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.


Te deseo que acaricies un gato,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
te sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea, y la
acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuántas vidas
está hecho un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
Y que por lo menos una vez
por año pongas algo de ese
sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno
de tus defectos muera, pero que si
muere alguno, puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.


Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer, y que siendo
mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando
estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Estación Seclantás

“La verdad lleva muchas máscaras
para enseñarnos a no confundir
las apariencias con la realidad”
Kenneth Meadows

Insisto, los mapas tienen la función de ayudarnos pero no describen lo que podemos encontrar ni nos preparan completamente para ello. 


Al despertar, el mapa reflejaba otra mirada de la realidad vivida la noche anterior pues, el sol alumbrando y calentando nuestros pasos, le dio un significado alentador al desencanto del viaje.
Entendí, caminando en grupo hacia el río que sólo significaba que hacvemos que las cos tengan sentido para nosotros de una manera determinada y que esta manera puede variar.
Y así, fue el día de acampe en el municipal de Seclantás: risas, compromiso con el otro, guitarreadas, juegos y comunión.


Con Martín, nos tomamos nuestro tiempo para reflexionar y conversar de lo sucedido y justamente, poder sacar nuestras conclusiones de los actos sentidos de la jornada previa a la intervención en las escuelas.
La noche, ya con la mirada puesta hacia las comunidades y al porvenir, se cerró tirados en un campo de juego, observando al telón de estrellas y sintiendo la alegría, de estar vivos.

Próxima Estación, Luracatao

jueves, 3 de noviembre de 2016

Estación viaje a Seclantás

Que tus oídos escuchen la música,
Que tus ojos lean las notas,
Que vibres la energía del ser…

El viaje, se hizo soportable a pesar de la cantidad de horas, junto a Martín y Andrea, compartimos los asientos junto a lo estudiantes, mientras que los directivos y demás docentes, iban en la parte inferior del bus. 

En esa relación, se manifestó el primer sentido del viaje, justamente en la relación con personas desconocidas hasta ese momento y con las cuales íbamos a transitar gran parte de los siguientes días.
De esta manera, llegamos a Salta capital, pasadas las 17 horas y embarcamos en camiones y combis hacia el Valle de Seclantás.
El camino, en esta oportunidad, hizo tambalear la humanidad de gran parte del grupo: las curvas y contra curvas de montaña, hicieron su efecto.
Pues, el mapa, en esta ocasión, que está para ayudar y no para limitar, nos ahogó en nuestras propias angustias, mentales y corporales. Los mapas, justamente, son parte del todo y pueden no tener en consideración ciertos puntos significativos en el viaje.
Por ejemplo, no nos señalará si una superficie es lisa o con baches, si hay un límite de velocidad o peligros especiales y sobre todo, un mapa no nos señala las emociones y vibraciones que vamos a percibir en el transcurso de la carretera.
Así, finalmente, llegamos cerca de las 22 horas al camping municipal de Seclantás y cuando la armonía iba a restablecerse en el grupo, se vivenció un torbellino de inquietudes e incertidumbres: una compañera, que padeció el viaje casi desde el inicio, temblaba acostada en una mesa y el egoísmo general fluyó en el aire por las habitaciones disponibles. ¿La miseria? es culpa de los hombres miserables.
Nadie, en ese momento, se ocupó de la estudiante y todos (me incluyo) se olvidó del otro. Es cierto, en nuestro grupo, percibimos lo acontecido, pero no tuvimos la fuerza necesaria para remediarlo o para cambiar el destino de la joven. Todo, en esos momentos, fue un caos.

Próxima Estación, Seclantás

lunes, 31 de octubre de 2016

Estación Pedagogos

“Ver un mundo en un grano de arena
y un cielo en una flor silvestre,
atrapar lo infinito en la palma de la mano
y la eternidad en una hora”
William Blake

Cuando viajamos a territorio desconocido, necesitamos un mapa para no extraviarnos, para que nuestra posición tenga sentido y poder decidir la ruta que vamos a tomar, pero este viaje, en particular, es multidimensional y no hay mapa que lo refleje.


Creo que podemos encontrar un marco que nos permita desplazarnos, hacia adentro o hacia afuera y que nos oriente cuando dejamos el mundo de lo cotidiano.
Éste mundo, lo dejé junto a Martín, el viernes a las 15.30 horas, cuando el bus nos levantó en la rotonda de Santa Teresita.
Vale recordar, que a veces “el mapa no es el país” y que ningún mapa es infalible, ni siquiera “correcto” en un sentido eterno o doctrinario.
Nosotros, sabíamos que el destino era Salta capital, para luego seguir viaje hasta el Valle de Seclantás pero también sentíamos que el alma, no tiene mapas ni fronteras.

Próxima Estación, Seclantás.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Estación Cafayate

Hay que luchar por cada bocanada de aire 
y enviar la muerte al carajo... 
(Nunca, olviden de amar)

La pequeña ciudad por la ruta 40 casi pegada a Tucumán o dónde metros adentro comienza la provincia de Salta, era nuestro destino, desde que salimos de Santa Teresita hace unas semanas.
Y pasada la media tarde, hicimos pié en tierra cafayateña y fuimos en busca del abrazo hermano. Marcos y Celeste (y Atahualpa), nos estaban esperando para el reencuentro. Algunos meses, habían pasado de nuestro último pechugón y ahorita se daba con la panzota de la flaca y otra vida, por venir a este mundo loco pero brotado, en algunas ocasiones, de amor. 


Así, durante una semana, fuimos caminando, conociendo, interpretando, la nueva vida de mi hermano y de su futura familia. Por las callecitas norteñas, en donde el rodar de su bicicleta interminable, lo lleva y lo alcanza al trabajo. Allí, en donde al aire cálido matutino, hace temblar los cimientos de cualquier estructura sólida y que por las noches, enfría hasta la piedra más sagrada del valle.
Y entre vinos, risas, fuego y amistades, nos regocijamos de la energía de la vida y pateamos la malaria abusiva del gobierno de turno, de la policía corrupta que nos “controla” a cada paso para sacarnos una tarasca de nuestro bolsillo y de la malaria enfermiza de los medios de desinformación, que te oprimen diariamente para que te quedes sentado en el sofá de tu casa, mirando todo mientras ellos eligen como vivir. 


Claro, quedaba el regreso y cuantiosas horas de carretera, pero antes de semejante empresa, nos propusimos viajar por la Quebrada de las Conchas y pisar suelo capitalino. Salta, fue la recepción previa a tanto viaje. Pero esa, es otra historia, más artificial y conocida de cualquier metrópolis del país y no vale la pena desarrollarla.
Nos volveremos a encontrar, en otro viaje, en otra historia, de esta hermosa América que es apabullada por los nuevos gobiernos neoliberales.

La Mirada… Si no aprendemos a mirar el mirarse del otro, ¿qué sentido tiene nuestra mirada, nuestras preguntas?

¿Quién eres?
¿Cuál es tu historia?
¿Dónde tus dolores?
¿Cuándo tus esperanzas?


Pero no sólo importa qué o a quién se mira. También, y sobre todo, importa desde dónde se mira. Y elegir a dónde mirar es también elegir desde dónde. Y para el mirar nuestro, las respuestas nunca son sencillas. 

domingo, 14 de agosto de 2016

Estación Valles Calchaquíes

“Quisiera ser como el pájaro que al despuntar la mañana,
despierta y le canta al mundo el canto de una esperanza”
José Larralde


Sintiendo. Amando. Respirando. Así caminos por los Valles Calchaquíes. Sumergidos en una atmósfera de cosmovisión constante en donde la vida se asemeja a la irrealidad presente.
Donde el pasado vive en cada piedra, en la hiedra, en el viento y en el agua. De Tucumán hasta Salta, pasando por El Mollar, Tafí del Valle, Amaicha y Cafayate, fuimos absorbiendo los secretos de la Madre Tierra y la enseñanza de los pueblo originarios.
Gratitud, es lo único que nos resta manifestar…

¿Qué será lo que busca?

Si al mirar al cielo, los ojos siguen
los rayos de luz que emite el sol o
los viajes que indican las estrellas o
los caminos que alumbra la luna…


Si los oídos interpretan
los secretos que guarda el bosque o
los mensajes de guerra y paz
que navegan por los ríos.

Si admiramos la libertad
en el vuelo del pájaro,
o lo bello del mundo
en la simpleza de una flor.

Si escuchamos a los niños que lloran
implorando amor,
y a los viejos que gritan
pidiendo comprensión.


Si el amor es simplemente un sentimiento,
si los interrogantes del mundo
carecen de respuesta.
Si la necedad del hombre no tiene arreglo.
¿Qué será lo que busca el alma?

Florencia Paula Lahitte

Próxima Estación, Cafayate

miércoles, 10 de agosto de 2016

El Viaje - Gabriel Gárcia Márquez

Viajar es marcharse de casa,
es dejar los amigos
es intentar volar
volar conociendo otras ramas 
recorriendo caminos
es intentar cambiar.

Viajar es vestirse de loco
es decir “no me importa”
es querer regresar.
Regresar valorando lo poco
saboreando una copa,
es desear empezar.


Viajar es sentirse poeta,
es escribir una carta, 
es querer abrazar. 
Abrazar al llegar a una puerta
añorando la calma 
es dejarse besar.

Viajar es volverse mundano 
es conocer otra gente
es volver a empezar. 
Empezar extendiendo la mano,
aprendiendo del fuerte, 
es sentir soledad.


Viajar es marcharse de casa,
es vestirse de loco
diciendo todo y nada con una postal,
Es dormir en otra cama,
sentir que el tiempo es corto,
viajar es regresar.

Gabriel Gárcia Márquez

domingo, 7 de agosto de 2016

Estación Tucumán

Viajamos de Córdoba a Tucumán con el objetivo de pasar la noche en la carretera y desayunar en el “Jardín de la República”. El viaje, por cierto, fue placentero. La noche, alumbrada por una luna creciente, por momentos, fue la única testigo de nuestro andar. 


Un control policial y las periódicas paradas en la carga de combustible, fueron las únicas pausas que intercedieron el avance del golcito.
Con la luz del día, pisamos la ciudad capital y fuimos en búsqueda del hospedaje. Rebotando en 3 oportunidades, encontramos un hostel en la calle Congreso, a metros de la “Casa de Tucumán”.
Allí, descansamos dos noches. Y fuimos a recorrer la ciudad y obviamente, la mencionada “Casa de la Independencia”. Y ahí, en el Jardín de la República, contemplamos y sentimos la historia que no fue y que quiso ser.
Donde los “patriotas” de aquel entonces, firmaron la declaración en 1816, en un manifiesto reluciente y liberador que en la práctica, nada fue resuelto.
También, ir a la plaza de la independencia, donde están los cimientos de la Casa de Gobierno y los frutos de naranjo, que el actual Presidente, mandó a sacar “por precaución hacia su figura presidencial”.

Acta de la declaración de la independencia argentina - 9 de julio de 1816
En la benemérita y muy digna ciudad de San Miguel de Tucumán a nueve días del mes de julio de mil ochocientos diez y seis, terminada la sesión ordinaria, el Congreso de la Provincias Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto, y sagrado objeto de la independencia de los pueblos que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio entero por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España. Los representantes, sin embargo, consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la sanción de la suerte suya, la de los pueblos representados y la de toda la posteridad. A su término fueron preguntados si querían que las provincias de la Unión fuesen una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli. Aclamaron primero, llenos del santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteraron sucesivamente su unánime voto por la independencia del país, fijando en su virtud la determinación siguiente:


“Nos los representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en Congreso General, invocando al Eterno que preside al universo, en el nombre y por la autoridad de los pueblos que representamos, protestando al cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia, que regla nuestros votos, declaramos solemnemente a la faz de la tierra que, es voluntad unánime e indudable de estas provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli. 


Quedan en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo el seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama. Comuníquese a quienes corresponda para su publicación, y en obsequio del respeto que se debe a la naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración.”


”Dada en la sala de sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del congreso y refrendada por nuestros diputados secretarios. – Francisco Narciso de Laprida, presidente. –Mariano Boedo, vice-presidente, diputado por Salta. –Dr. Antonio Sáenz, diputado por Buenos Aires. – Dr. José Darregueyra, diputado por Buenos Aires. – Dr. Fray Cayetano José Rodríguez, diputado por Buenos Aires. – Dr. Pedro Medrano, diputado por Buenos Aires. – Dr. Manuel Antonio Acevedo, diputado por Catamarca. – Dr. José Ignacio de Gorriti, diputado por Salta. – Dr. José Andrés Pacheco Melo, diputado por Chichas. – Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante, diputado por la ciudad y territorio de Jujuy. – Eduardo Pérez Bulnes, diputado por Córdoba. – Tomás Godoy Cruz, diputado por Mendoza. – Dr. Pedro Miguel Aráoz, diputado por la capital del Tucumán. – Dr. Esteban Agustín Gazcón, diputado por Buenos Aires. – Pedro Francisco de Uriarte, diputado por Santiago del Estero. – Pedro León Gallo, diputado por Santiago del Estero. – Pedro Ignacio Ribera, diputado de Mizque. – Dr. Mariano Sánchez de Loria, diputado por Charcas. – Dr. José Severo Malabia, diputado por Charcas. – Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros, diputado por La Rioja. – L. Jerónimo Salguero de Cabrera, diputado por Córdoba. – Dr. José Colombres, diputado por Catamarca. – Dr. José Ignacio Thames, diputado por Tucumán. – Fr. Justo Sta. María de Oro, diputado por San Juan. – José Antonio Cabrera, diputado por Córdoba. – Dr. Juan Agustín Maza, diputado por Mendoza. – Tomás Manuel de Anchorena, diputado de Buenos Aires. – José Mariano Serrano, diputado por Charcas, Secretario. – Juan José Paso, diputado por Buenos Aires, Secretario”.

Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar

miércoles, 3 de agosto de 2016

Estación La Falda (siete cascadas)

Los seres de las cascadas

El agua de las cascadas es un agua repleta de energía por el batir de sus moléculas. Es el agua más oxigenada. Si proviene de lugar impoluto, el agua más sagrada. Filtrada de vertiente o de lluvias. Si es de vertiente, energía en ascensión. Si es de lluvia, energía en descenso. Ambas potencian a diferentes seres.


Los pequeños de las cascadas: No se sabe de dónde se generaron, tal vez de la fusión de almas de duendes y de hadas, mojados por aguas de cascadas en ascensión.
Estos pequeñines con forma humanoide, poseen membranas entre sus dedos. Ojos muy grandes con una membrana transparente sobre ellos que abre y cierra, y, sobre ella, párpados. De cuerpos translúcidos y cráneos opacos. Su desemejanza con las hadas son las alas, que poseen alas más parecidas a plumas. Estos seres poseen alas membranosas, parecidas a las de los murciélagos, aerodinámicas debajo del agua, más largas que las de las hadas, pero plegadas en la espalda la mayor parte del tiempo. La manera de desplegarlas es llenándolas con agua, ya que están hechas de venas y membranas. Se cierran con unas válvulas cuando no las necesitan. Son muy estéticos. Piernas más cortas, en proporción, que los humanos. La cara es oval, con la frente en punta (como una gotita al caer). Poseen una barba larga, bien larga, como saliendo de la perita. Los ojos son como media esferas, saltones y celestes. Cuando están entrando en estado pronto a fallecer se les tornan rosa. El promedio de vida es de un año.
Se destacan por su jolgorio. Viven alegremente. Se alimentan de musgos y mini crustáceos. Tienen su propio lenguaje que, si en la frecuencia humana se oyese, sería como silbiditos. Debido a su elasticidad son prácticamente inmunes a los golpes. Están adaptados para moverse a gran velocidad en el agua. Su mayor diversión es dejarse llevar por las caídas de agua, y chillan, simulando que tienen miedo. En realidad es jolgorio puro. Otra de las actividades que los divierte es tomar de las patas a insectos que flotan en la superficie del agua, en su afán de escapar los llevan como si fuesen esquíes. Una secreción que poseen en su piel impide que queden adheridos a rocas secas y telarañas.
Su mayor enemigo es la trucha, que de vez en cuando devora algún adulto. Eso sucede porque van perdiendo su capacidad de mimetización en edad cercana a dejar su existencia. Otro enemigo con el cual no bromean es la libélula. No la voladora, sino la larval que está bajo el agua. Pero las pueden detectar muy bien y no se les acercan.
Su olfato y gusto tienen desarrollo óptimo, eso los mueve a afincarse en aguas puras. Hay también elementales de aguas podridas que son similares a ellos, también en su actuar, pero de color negro o marrón y más voraces. Las larvas de libélula son el alimento de estos últimos.
Los seres de la cascada transparente aman a los renacuajos. Los utilizan como caballos en el agua, se llevan bien. Pero cuando los renacuajos se transforman en ranas o sapos los desconocen y allí corren peligro.


Casi siempre, cuando se los puede ver, se los confunde con camaroncitos blancos. Es una de las propiedades que poseen de mimetización. También la transparencia. Detestan a la gente que grita y que es sucia. Si una persona orina en el agua, ellos se marchan. Y cuando dejaron de estar en un lugar, ya nunca regresan allí.
Si uno se concentra en la cascada, en estado de pureza de alma y de paz, quizás los pudiese ver mezclados con las gotas que rebotan en las piedras....
Pensamiento, Alma, Alegría y Energía.

Mirta Liliana Koch 

Próxima Estación, Tucumán

domingo, 31 de julio de 2016

Estación Córdoba

“Muchas veces se ha dicho que la vida es un sueño,
y no puedo desechar de mí esta idea.” 
Goethe

Salimos de Santa Teresita en auto, por primera vez, los viajes Yiramundi en un móvil propio para ir transitando los espacios de este hermoso país  a medida de nuestras consideraciones, sin ticket y sin horarios.

Y así fue que viajamos por la noche rumbo a Tanti, a encontrarnos con Martín, en donde nos hospedamos durante tres noche en su humilde hogar. La Rusa, descansó en una cama, mientras que con Jeremías, armamos la carpa en la galería de la morada, para resguardarnos de la helada, que se hacía notar y sentir en las sierras cordobesas.
Córdoba, por las mañanas, nos acarició el alma con sus ríos y arroyos, junto al sol, que iluminó nuestros pasos en nuestra breve estadía y por las noches, nos maltrató con su frío que helaba hasta los huesos.
En tanto, nos conectamos con la Mama Pacha en todo su esplendor, descansando en sus piedras y gozando de la compañía de sabrosas comidas y ricos vinos.
En fin, nuestra estadía en el corazón del país, fue un aprendizaje constante de valoración de lo que se tiene y de lo que uno exige, sin ver al otro en la lucha constante de vivir en un imperio de caridad en donde solo hay almas mezquinas.



Pues, sufrimos el abate de la policía caminera al ingreso de Carlos Paz y a su vez, la ayuda mecánica de un humilde hombre ante un pequeño inconveniente en el auto. Entonces, podremos desactivar la bomba en la ciudad y observar como se paran los vertiginosos egoístas de un lado y los solidarios del otro, en un mundo manejado por el capital y el egocentrismo, aún quedan vísperas de que otro mundo es posible.

jueves, 28 de julio de 2016

Estación NOA

¿Hasta cuándo vamos a seguir creyendo 
que la felicidad no es más que uno de los juegos de la ilusión?

Julio Cortázar


Viajar, es la esencia del ser humano, nómadas y aventureros, desde África al Mundo. Caminando y formando asentamientos, para seguir caminando y descubriendo. Hoy, en el siglo XXI, pensamos que seguir ese camino, forjado por los primeros humanos, es vivir.
Aunque es difícil juntar todas las piezas del misterio, el rompecabezas del Globo se sumerge a la imaginación de ensamblar todo lo que nos rodea es formar un idioma nuevo y ver-sentir los encantos del Mundo.
Y en ese encanto, vamos danzando bajo la luz de la luna y el calor del sol, camino a las sierras y a los cerros. Porque en este tránsito rutero, el centro y norte del país, fueron los puntos cardinales elegidos para disentir sobre la rutina y la libertad explícita y concreta:
¿Por que somos ambigüedades caminantes y contrastes encarcelados? ¿O será, que deseamos lo que no tenemos en el presente y vamos por el futuro transformado? ¿Somos individuos únicos o parte de una sociedad que machaca y castiga? Planteándonos hipótesis de existencia ¿Avanzamos o retrocedemos?
En fin, como si la especie velara en el individuo para no dejarlo avanzar demasiado por el camino de la tolerancia, la duda inteligente, el vaivén sentimental. En un punto dado nacía el callo, la esclerosis, la definición: o negro o blanco, radical o peronista, homosexual o heterosexual, figurativo o abstracto, Boca Juniors o Riber Plate, carne o verduras, los negocios o la poesía… y así, sucesivamente.
En eso andamos, viajando, conversando, filosofando y aprendiendo. En eso estamos, sintiendo y razonando. Viajando pues, para aprehender a aprender.

Próxima Estación Cabalango…

miércoles, 22 de junio de 2016

Fragmento de 10.6 segundos

Abrir el tupper y encontrarme en el Mundial ´86. Pues, tengo la honestidad de recordarlo, toda la vida y el deber de la memoria. A Maradona, le debo lo dos goles a Inglaterra y jamás lo voy a juzgar con lo que hace con su vida pero si le voy a agradecer lo que hizo con la mía…


“Antes de tocar por última vez el balón con su pie izquierdo, a las trece horas, doce minutos y treinta segundos del mediodía mexicano, el jugador argentino ve que ha dejado atrás a Peter Shilton; ve que Jorge Valdano arrastra la marca de Terry Fenwick; ve que Peter Raid, Peter Beardsley y Glenn Hoddle han quedado en el camino; ve a Terry Butcher que se arroja a sus pies con los botines de punta; ve a Jorge Burruchaga que frena su carrera con resignación; ve a Héctor Enrique, todavía clavado en la mitad del campo, que cierra el puño de la mano derecha; ve a su entrenador que salta del banquillo como expulsado por un resorte y al otro entrenador, el rival, que baja la mirada para no ver el final del avance; ve a un hombre pelirrojo con una pipa humeante en la primera bandeja de las gradas; ve la línea de cal de la portería contraria y recuerda el rostro del empleado que, durante el entretiempo, la repasó con un rodillo; ve nítidamente a su hermano el Turco que, con siete años, le echa en cara un error que cometió en Wembley en un jugada parecida, ve los labios sucios de dulce de leche de su hermano cuando dice: 

“La próxima vez no le pegues cruzado, boludito, mejor amagále al arquero y seguí por la derecha»”.



Ve el rostro de su hermano con la luz de la cocina donde ocurrió la escena, ve la picardía con que lo miraba; ve, detrás del arco, un cartel que dice Seiko en letras blancas sobre fondo rojo; ve las uñas pintadas de verde de su primera novia, el día que la conoció, y ve a esa misma chica, ya mujer, amamantando a una niña; ve una pelota desinflada y se ve a él mismo, con nueve años, que intenta dominarla; ve a su madre y a su padre que arrastran, con esfuerzo, un enorme bidón de kerosén por una calle de tierra en la que ha llovido; ve una taquilla, en un vestuario de La Paternal, que lleva su nombre y su apellido en letras flamantes, ve su orgullo adolescente al leer por primera vez su nombre y su apellido en la taquilla; ve un estadio, sus tablones de madera, y ve también que un día el estadio entero, y no solo la taquilla, llevará su nombre.

El jugador argentino ha controlado el aire de sus pulmones durante nueve segundos, y ahora está a punto de soltar todo el aire de un soplido.

Al revés que todos los rivales y compañeros que ha dejado atrás, él puede respirar con su pierna izquierda, y también puede intuir el futuro mientras avanza con el balón en los pies. 

Ve, antes de tiempo, que Shilton se arrojará a la derecha; ve la intención segadora de Terry Butcher a sus espaldas, se ve a él mismo, muchos años más tarde, con un nieto en los brazos, visitando la entrada del Estadio Azteca donde se levanta una estatua de bronce sin nombre: solo un jugador joven con el pecho inflado, un balón en los pies y una fecha grabada en la base: 22 de junio de 1986; ve una rave en Londres donde dos chicos de quince años escapan de una multitud que se burla; ve un departamento en penumbras donde solo hay una mesa, dos amigos y un espejo sobre la mesa; ve a una muchacha en una playa del trópico que se deja besar por un chico que lleva puesta una camiseta argentina; ve un enjambre de periodistas y fotógrafos a la salida de todos los aeropuertos, de todas las terminales, de todos los estadios y de todos los centros comerciales del mundo; ve a un niño embobado con un videojuego en la ciudad de Leicester, mientras su hermano vigila por la ventana que no aparezca el padre; ve el cadáver de un hombre viejo que ha muerto en Ginebra ocho días antes de ese mediodía, un hombre que también ha visto todas las cosas del mundo en un único instante.

Ve Fiorito de día; ve Nápoles de tarde; ve Barcelona de noche.


Ve el estadio de Boca a reventar y él está en el medio del campo pero no lleva un balón en los pies, sino un micrófono en la mano; ve a un anciano en el aeropuerto de Cartago, que espera a su hijo en el último vuelo desde México, para abrazarlo y consolarlo; ve un tobillo inflamado; ve a una enfermera de la Cruz Roja, regordeta y sonriente; ve todos los goles que ha hecho y los que hará; ve todos los goles que ha gritado y los que gritará en su vida entera; se ve, con cincuenta y tres años, mirando desde el palco la final del mundo en el estadio Maracaná; ve el día que verá a su madre por última vez; ve la noche en que verá por última vez a su padre; ve crecer a todos los hijos de sus hijos; ve los dolores de parto de una mujer que está a punto de parir un niño zurdo en Rosario, un año y dos días más tarde de ese mediodía mexicano; ve un espacio mínimo, imposible, entre el poste derecho y el botín de Terry Butcher. 


Cierra los ojos. Se deja caer hacia adelante, con el cuerpo inclinado, y se hace silencio en todo el mundo. 

El jugador sabe que ha dado cuarenta y cuatro pasos y doce toques, todos con la zurda. Sabe que la jugada durará diez segundos y seis décimas. Entonces piensa que ya es hora de explicarle a todos quién es él, quién ha sido y quién será hasta el final de los tiempos.”

* Por Hernán Casciari
* Relato publicado en la revista Orsai.
* Este post, explica porque en cada viaje llevo la casaca 10 del “Pelusa”.

Lee el post: Estadio Azteca 

miércoles, 8 de junio de 2016

La gente que me gusta...

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.


 Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.

Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme.
La gente que tiene tacto.

Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.

A estos los llamo mis amigos.

Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.


La gente que nunca deja de ser aniñada.

Me gusta la gente que con su energía, contagia.

Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.

Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.

Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.

La gente que lucha contra adversidades.

Me gusta la gente que busca soluciones.


Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.

Me gusta la gente que tiene personalidad.

Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.

La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.

Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.

MARIO BENEDETTI

miércoles, 1 de junio de 2016

Pedalear en la Altura

En la web pedaleando ruta 40 redactaron un informe sobre los cuidados que hay que tener en cuenta a la hora de encarar un viaje por las montañas.
Nosotros, sufrimos varios síntomas de los que se reflejan en el artículo, que dejaremos a continuación para que los biciviajeros se hagan carne de estas palabras...

Buenos vientos...

Nota:click


lunes, 23 de mayo de 2016

Córdoba en Bicicleta: Regreso a San Marcos

Lo mejor de los viajes es lo de antes y lo de después.
Maurice Maeterlinck.

Depende de que lado se lo analice, un viaje empieza y termina y vuelve a empezar. Por que el regreso a un lugar, no quiere decir, explícitamente, que uno haya terminado o llegado.


Pues, citando al maestro Eduardo Galeano, recordar, del latín re-cordis, es volver a pasar por el corazón. Y los viajes, pasan una y mil veces por el corazón y la mente, luego del destino marcado en el mapa.
Y en esta disyuntiva, regresar a San Marcos, no fue más que acordar el acto con las palabras, que también viene del latín: a (proximidad) y cordis (corazón). Es decir “unir los corazones”.
Y así, pedaleé por la Ruta 28 hasta el cruce con la Ruta 38, que me iba a depositar en los aposentos de San Marcos, una vez que gire los 119 kilómetros de distancia, entre un punto y el otro.
Ahora que lo escribo percibo la poca distancia trazada en el mapa, cuando el googlemaps te marca el tiempo en automóvil: 1 hora y 34 minutos. Y sabiendo que en bicicleta, en este recorrido, dejé el alma y el cuerpo para llegar a destino.
Las ondulaciones, el viento cruzado (en contra de mi humanidad), el cansancio y el dolor persistente en la rodilla derecha, fueron mis demonios a vencer en aquella nublada tarde cordobesa.
Convencimiento y fortaleza mental, fueron los argumentos para seguir en cada pedaleada y sobrellevar el espíritu de un guerrero. Pues, en estas circunstancias, uno mismo es el factor de energía.
Nadie, hará por uno el esfuerzo que se necesita para sobrellevar ese camino. Así es y así se disfrutan los viajes en bicicleta. Todo se simplifica a uno mismo: pedalear, descansar, alimentarse, hidratarse. Así, cíclicamente a lo largo del recorrido.


¿Y que nos queda? ¿Qué recordamos? ¿Fotos? ¿Paisajes? ¿Qué hay al fin de este viaje? Pues, viajar en el llano, ser un transeúnte más, respirar las calles, sentir los aromas, vivir con los colores, hablar con la gente y compartir un mate en una esquina, lo guardaré en mis recuerdos.

Así, son mis viajes. Así, me gusta vivir. Actualizándome. Nutrirme del otro. Ser parte del Todo. Hasta el infinito y mucha más carretera.

martes, 17 de mayo de 2016

Mi libertad no huele a shopping


Lleva sólo aquello que puedas cargar contigo,
para no tener que ir perdiendo cosas por el camino.
Lleva sólo aquello que puedas cargar contigo,
pero por encima de todas las cosas,
nunca te olvides de ti mismo.

- Arnau de Tera -

jueves, 12 de mayo de 2016

Córdoba en Bicicleta: Cabalango

“La aventura es un camino. La aventura real – autodeterminada, automotivada y a menudo riesgosa- te fuerza a tener encuentros en carne propia con el mundo. El mundo tal como es, no como te lo imaginas. Tu cuerpo va a chocar con la tierra y tú serás testigo de eso. De esta manera te verás obligado a lidiar con la bondad ilimitada y la crueldad insondable de la humanidad –y quizás te darás cuenta que tú mismo eres capaz de ambas. Esto te cambiará. Nada será blanco y negro nuevamente”.  Mark Jenkins


Era momento de partir. Después de respirar el aire libertario en el Museo del Che Guevara, me esperaba la carretera en todo su esplendor. Sol y viento en contra.
No siempre, el escenario es el propicio para rodar en dos ruedas, a veces o siempre, la naturaleza nos pone a prueba el carácter, la autodeterminación, el amor propio y sobre todo, la superación constante.
“Aneurisma”, había leído por ahí, que “cada momento puede ser el último”, y así arranqué, sin la menor premonición, en total ignorancia del futuro. Pedal y más pedal, para enfrentar al fuerte viento que cruzaba mi proyección. Y los carteles de kilómetros recorridos que disminuían en dirección a Villa Carlos Paz.
Una vez llegado a la rotonda de Falda del Carmen, me senté en la sombra para darle aire a mis pulmones y a mis piernas. Extenuado, por cierto, por primera vez en el viaje. El viento, que siempre fluye y que es un gran compañero rutero, me estaba dando una gran paliza.
Y escogí la libreta de la alforja, para alimentar mis pensamientos y leí una frase de Freya Stark: “Viajar logra lo mismo que los buenos novelistas consiguen hacer con la vida cotidiana cuando la enmarcan como si fuera una foto en un portarretratos o una gema en un anillo, de manera que las cualidades intrínsecas de las cosas se vuelven más claras. Viajar logra hacer eso con la materia de la que está hecha nuestra vida cotidiana, dándole los contornos nítidos y significados del arte”.
Levanté la vista y rodeado de árboles y sierras, me dí lugar a disfrutar el cansancio en mi cuerpo. Y me vi desde otra perspectiva, emocionado por el presente a pesar de lo que aún me restaba por llegar.
Así, enfrentando al viento y a mis propios miedos, pedaleé hasta la intersección de la Ruta 20. Frené en la colectora y escogí doblar hacia la izquierda, en busca de la conexión que me deposite en la Villa para luego seguir viaje hasta Cabalango.
Pues, el viento, seguía en su papel de enemigo íntimo. Y la autopista, con sus ondulaciones, provocó más que una desazón en el trayecto. Hasta que llegué a la Avenida San Martín y propicié descansar junto al río San Antonio.
Veinte kilómetros me separaban de Cabalango y del tan esperado encuentro con Martín, en donde iba a descansar en mi estadía en aquella localidad. Y ya con el viento del otro lado del dique, todo se veía más encantador.


Con el cansancio a flor de piel, avance sin obstáculos hacia Tanti, por la Ruta 28. Y visualicé el cartel que indica Cabalango y giré por la callecitas de la sierra para abrazarme con Martín y dejar que el destino se haga presente.
Y allí, la distancia nos acercó y nos sentimos vivos en una sensación de no haber perdido tiempo. Como decía Prado, en el film “Un tren nocturno a Lisboa”, en donde había preguntado si el alma era un lugar de los hechos o si los hechos alegados eran sólo las sombras engañosas de historias que nos contamos, sobre los demás y sobre nosotros mismos…
¿Tú que dices?

Próxima Estación, San Marcos