Esta publicación pertenece a seis pares de relatos con sus respectivos títulos, divididos en "Cuerpo" (la experiencia) y "Alma" (el contrapunto emocional). Este relato, pertenece al primer bloque de un libro que nunca dejo de escribir: “Viajes del cuerpo y del alma”. Cada capítulo-par es una unidad que dialoga entre el afuera y el adentro.
Cuerpo
Montañita era fiesta,
pero yo me fui en un camión que olía a campo.
La bosta de ganado se movía con cada curva
y yo con ella.
Iba entre moscas, calor y risas de dos gringos
que hablaban de política y mujeres como si fueran lo mismo.
Yo callaba.
Me agarraba fuerte a una soga
y pensaba en el lujo de ese viaje inmundo.
Porque a veces la dignidad no está en lo limpio,
sino en lo libre.
Y yo, embarrado, sudado y feliz,
iba camino al mar.
Alma
Me reí solo.
Porque mientras el mundo cree que viajar es postales,
yo me abrazaba al olor a bosta
como quien abraza su propia historia.
No vine a buscar belleza,
vine a encontrar verdad.
Y la verdad tiene moscas,
y tiene barro,
y tiene momentos en los que decís:
“¿Qué carajo estoy haciendo acá?”
Pero después llega el mar,
y entendés.