jueves, 15 de septiembre de 2011

ETAPA 1 “La Habana – Santa Clara” (12 días) 461 Km.


"Puedes llegar a cualquier parte,
siempre que andes lo suficiente" Lewis Carrol.
Los dos primeros días nos quedamos en La Habana, solo de paso porque pensamos dejarlo para lo último de nuestro viaje. Solo nos dimos el gusto para recorrer un poco la ciudad, acostumbrarnos al cambio de moneda, comprar un poco de víveres y charlar un poco de la realidad del país. La primera imagen es asombrosa, todo tiene un paisaje añejo, todo parece sacado de otra época.
Nos llamo la atención la falta de publicidad, esos carteles que inundan la vista en cada ciudad del mundo, aquí no existen. Los autos viejos, los edificios coloniales, la ropa, todo parece una película de la década del 60. Para nosotros es muy pintoresco, lejos del circuito turístico la imagen es otra, pero aun así, se nos iban los ojos para todos los rincones. La gente muy amable, atenta, predispuesto al dialogo aunque cuesta entrar en confianza para hablar de cuestiones políticas. Nuestra primer impresión es de un país mucho mejor de lo que se “habla” en muchos medios de comunicación.
Muchas veces escuche “no tienen lapiceras”, “No tienen papel higiénico”, “No hay dentífrico”, “No usan Jeans porque no existen”, etc.… pues bien, paso de moda, esas frases serán de la década del 90, allá por la caída del Bloque socialista, donde verdaderamente la pasaron bastante mal.
Durante este trayecto conocimos las playas del este de La Habana (Guanabo), playa Jibacoa, Varadero, playa El Salto y Ganuza, también las ciudades de Matanza, Cárdenas, Sagua La Grande y Santa Clara. En cada lugar, muchas historias, las playas de película, las ciudades como guardadas en el tiempo pero encantadoras, la gente amable y generosa. Como Félix, un músico que conocimos en la plaza central de Sagua La Grande, lugar que no tenia hospedaje disponible porque no es turístico, quien nos abrió las puertas de su casa para que pasemos la noche compartiendo nuestro viaje con el (por supuesto, a cambio de nada).
Otro párrafo aparte lo vivimos en Santa Clara, donde Arístides, un profesor de historia, nos llevo amablemente a recorrer cada uno de los rincones históricos donde el Che Guevara se “convirtió” en un icono mundial de la rebelión. Y digo esto porque fue allí donde estuvo muy presente su accionar militar, es ahí donde los respetan hasta el cansancio, es ahí donde tiene su gran monumento, es ahí, donde descansan sus restos juntos a sus compañeros caídos en Bolivia. Santa Clara fue inolvidable, accedimos a lugares imposibles gracias a Arístides, pudimos ver cosas que ningún turista puede ver si no fuera por su colaboración.

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