Luego, de un descanso, unas cientos de fotografías para archivar el momento para la prosperidad y nos embarcamos al descenso. Dicho tramo, de camino consolidado, este tramo de la Ruta Nacional 40 no se encuentra pavimentado siendo apto sólo para vehículos todo terreno, a excepción de algunos meses del año en que las condiciones meteorológicas y de mantenimiento permiten el tránsito de vehículos normales (4x2).
sábado, 14 de septiembre de 2013
Ruta 40 en Bicicleta: San Antonio de Los Cobres - La Poma
“ Las
únicas cadenas que te dan libertad son las de la bicicleta”
Después de dos días en San
Antonio de Los Cobres, en donde reposamos nuestros huesos y disfrutamos de un
asado al costado del río, nos tocó el momento de partir al punto más alto de
América.
Sin dudas, nuestro desafío y
nuestro anhelo desde que planeamos el viaje a mediados del 2012. La cuesta, el
sacrificio, la falta de aire, el cansancio y el viento, nos esperaban en 45
kilómetros hasta la cumbre del Abra del Acay.
Y entre tanto entusiasmo, salimos
de la ciudad y equivocamos el camino. En vez de doblar hacia la derecha y
orientarnos hacia el sur, continuamos por la carretera y a 10 km. nos percatamos
que no era tramo correcto.
Entre risas y abrazos,
retrocedimos y pedaleamos hacia la ruta 51 que, millas adelante, retomaba la
mítica 40. Por entonces, decidimos ir haciendo paradas cada 10 km para relajar
las piernas, despejar la mente e hidratarnos.
La pendiente promedio de la
carretera es de aproximadamente 4.5% y la reducción de oxígeno debido a la
altura hacen de éste un cruce difícil tanto para vehículos como para las
personas que la transitan.
En las pausas, nos alentábamos y conversábamos
de lo duro que se iba poniendo el camino. Principalmente, la falta de aire, era
el tema en cuestión. El “negro” Luna, picaba en punta. “Pechu” lo secundaba en
todas las cuestas. El “negro” Niggli, fue el que más sufría el apunamiento. El “poli”
con su jirafa, iba a su ritmo pero siempre mirando el horizonte y el “tero”,
nos apoyaba en todo momento.
Y así fue, en esa escala, que
llegamos a la cima del Abra del Acay. Aún, se nos es difícil explicar las
sensaciones que de nuestros cuerpos brotaban. Alegría amesurada, puede ser una
definición que no abarca todo lo acontecido.
En wikipedia, se puede leer “Si
bien son muchos los ciclistas que se animan a realizar esta travesía
(cicloraidismo o ciclismo de altura), esta se torna dificultosa debida a sus
subidas abruptas y fuertes vientos que se originan durante todo el año”.
Luego, de un descanso, unas cientos de fotografías para archivar el momento para la prosperidad y nos embarcamos al descenso. Dicho tramo, de camino consolidado, este tramo de la Ruta Nacional 40 no se encuentra pavimentado siendo apto sólo para vehículos todo terreno, a excepción de algunos meses del año en que las condiciones meteorológicas y de mantenimiento permiten el tránsito de vehículos normales (4x2).
El tráfico que la atraviesa es
prácticamente nulo. Nosotros, cruzamos 3 autos en la cuesta y 2 en la
pendiente. En épocas de lluvia existen deslizamientos de tierra que dificultan
el paso de los vehículos pudiendo cortar la ruta en varios puntos quedando
intransitable temporariamente.
Este camino de montaña de gran
altitud es una ruta sinuosa, trazado al borde de precipicios; durante el
recorrido, bajamos a unos 65 km/h. Y por tramos, atravesamos pequeños ríos y, en invierno, el
intenso frío y las nevadas hacen su paso algo complicado.
Luego de llevar sobre las piernas
70 km recorridos, nos sentíamos un poco abatidos. Porque la dulce pendiente fue
sólo de 20 km y los restantes hasta La Poma, alternaban entre pendientes y
descensos. A lo que se sumó el frío y el viento.
Cerca de las 19 horas, rodamos la
plaza del nuevo pueblo. Ya que La Poma, sufrió un terremoto y los lugareños, se
trasladaron unos kilómetros para dar inicio a una nueva vida.
“Uno de los parajes más
conmovedores del Valle Calchaquí superior. La Poma fue destruida por un
terremoto en la década del ’30 pero más tarde se reedificó en parte. Para
prevenir el efecto de posibles temblores, muchas de las casas de adobe están
apuntaladas con sólidos arbotantes. A 2 km se levanta La Poma nueva.
El pueblo está contenido por
imponentes cerros y los Volcanes Gemelos, en medio de un gran valle. Los
senderos se salpican por rebaños de ovejas y llamas, y en las serranías se
alzan enormes y solitarios cardones.
No lejos de La Poma, en el paraje
Campo Negro, el río Calchaquí ha horadado una roca y corre por una galería
natural (formado seguramente por la lava volcánica de otros tiempos) dentro de
la cual se han formado hermosas estalactitas. Este sitio increíble de variadas
formas y colores se lo conoce como Puente El Diablo; un cartel sobre la RN40
señala el acceso. Nosotros estuvimos allí y recorrimos casi cien metros con el
agua helada hasta el cuello, pasando por fuertes pendientes, cascadas y
túneles, con las estalactitas rozando nuestros cascos, de los cuales salían las
únicas luces disponibles en semejante oscuridad. Este lugar sagrado no es un
simple lugar secreto para realizar turismo de aventura. Se debe tener mucho
respeto y tomar las mayores precauciones posibles. Otro de los atractivos
principales son los graneros incaicos.”[i]
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