Cuerpo
La frontera
entre Argentina y Bolivia no es solo geografía.
Es una herida.
Una cicatriz que sangra todos los días.
Yo estaba
esperando el colectivo
cuando vi a la Gendarmería discutir con una mujer.
Ella intentaba explicar.
Ellos gritaban.
Ella mostraba papeles.
Ellos no miraban.
Me acerqué.
Interrumpí.
Dije algo como “tiene derecho”.
Y ahí el problema fui yo.
Me
detuvieron.
Me empujaron.
Uno me gritó en la cara.
Mi corazón se volvió tambor.
Mis manos temblaban,
pero no me moví.
No me
importaba quedarme ahí.
No podía dejarla sola.
Alma
Ese día
sentí que la patria era ella.
La mujer humillada.
La frontera como cárcel.
Y mi cuerpo como escudo.
Mi madre me
enseñó a no callarme.
Mi adolescencia anárquica me enseñó a intervenir.
Y la justicia social…
esa me enseñó a estar donde más duele.
Respiré
profundo cuando me soltaron.
Respiré con rabia.
Respiré con amor.
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