viernes, 4 de noviembre de 2011
ETAPA 2 “Santa Clara – Guardalavaca” (14 días) 798 km.
Realizamos este tramo, prácticamente por el litoral norte de la isla, visitamos Cayo Santa María, recorriendo la carretera realizada sobre el océano (premio internacional), transitamos por pequeños pueblos como Caibarien, Moron, Holguin, Puerto Padre, Sola, etc. Escuchando relatos sobre la guerrilla que erizan la piel, compartiendo su realidad, esa realidad diferente a la nuestra.
Un país donde se puede vivir tranquilo, sin miedo; una nación que alberga especialmente a los turistas porque es su principal ingreso. No hay en su pueblo una ambición desmedida, solo quieren vivir lo mejor posible, pero no te creen cuando uno les cuenta que en Argentina te matan para robarte un celular. Directamente no te creen, piensan que es mentira, que un ser humano no es capaz de hacer eso. Se vive de una manera muy diferente, quizás tan diferente a nosotros que nos cuesta entender, pues nuestra mente alienada no concibe otro modelo que no sea el Capitalista.
Se vive con la puerta abierta en La Habana, los vecinos se ayudan, se comparte… a nadie le sobra nada, pero a nadie le falta tampoco. Es verdad que no es perfecto, pero acá, donde se reclama Educación, Seguridad y Salud, a los cubanos le sobra. ¿Libertad? Párrafo aparte. Conocimos varios cubanos que habían vivido en otros países, principalmente España, Canadá y Alemania. ¿Qué no pueden salir del país? Aviones desde Cuba para el mundo salen todos los días. ¿Quiénes se suben a esos aviones? No lo sé. Seguro es que los profesionales tienen restricciones para salir, tienen que “devolver” con su trabajo esa preparación que el estado les proporciono.
También es verdad que hay muchos cubanos que no comparten este modelo, son muchos los que se fueron de la isla, pero los que están, una gran cantidad estarían dispuestos a morir por Fidel, estarían firmes, sin discriminar edad, de defender su revolución hasta las últimas consecuencias. ¿Son felices? Muchas veces preguntamos eso y la respuesta siempre fue la misma “no creo que encuentren un cubano que no sea feliz”.
En cuanto a la travesía, fue una etapa durísima en lo físico, jornadas calurosas, con viento en contra en su gran mayoría, con tramos largos, con la playa Guardalavaca como fin de la etapa. Un lugar paradisiaco, increíble, donde nos quedamos tres días para descansar, tomar fuerza para el último tirón hacia Santiago de Cuba.
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