lunes, 6 de abril de 2015

Estación Buenos Aires

"Todo es mentira en este mundo, Todo es mentira... ¿Por qué será?". 
Manu Chao

Y como todo viaje, tiene una fecha de vuelta. El espacio físico regresa aunque muchas veces quedan pedacitos de nuestro cuerpo en sitios mágicos, pero el viaje interior, sigue fluyendo. No se detiene, no sigue la marcha del bus o del barco o del avión o de la bicicleta. 


Pero en Buenos Aires, nos esperaba Manu Chao y las amistades. Era fija, que la ceremonia de reeencuentro iba a cargarse de buenas energías: de aliento, de pogo, de asado, de fernet y otras hierbas.
Así, fuimos por la carretera, en retroceso, mirando los sitios que supimos rodar semanas atrás. Uruguay, en nuestro paso, nos brindó su solidaridad, nos abrazó como hermanos rioplatenses y nos enseñó que la hermanadad latinoamericana, en este pequeño pedazo de tierra del cono sur, no solo se brinda en los discursos sino también en las acciones.
 Al llegar a Colonia, sellamos los pasaportes y embarcamos rumbo a la babylon porteña. Cerca de las 18 horas pisamos suelo argentino y acomodamos los bultos en la bicicleta y rumbeamos hacia Floresta. Gamu y Gastón, nos estarían esperando para luego gozar de Manu Chao en el estadio Ferro.

Calle más calle… de esquina a esquina, bala perdida: la noche y la luna, nos acobijaron en el ritual de Manu y La Ventura. Mucha energía, mucha fuerza. Se fuerza la máquina, de noche y de día.
Casi 3 horas de recital al palo y 30 mil almas que repudiamos a Monsanto “te lo digo te lo canto, fuera Monsanto” la banda hizo un recorrido con sus clásicas rolas y describió el dolor y la lucha que aún sufren los países de la periferia global.

Pase lo que pase, sea lo que sea, a nuestra manera… Próxima Estación, Esperanza.

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