Un control policial y las periódicas paradas en la carga de combustible, fueron las únicas pausas que intercedieron el avance del golcito.
domingo, 7 de agosto de 2016
Estación Tucumán
Viajamos de Córdoba a Tucumán con el objetivo
de pasar la noche en la carretera y desayunar en el “Jardín de la República”.
El viaje, por cierto, fue placentero. La noche, alumbrada por una luna
creciente, por momentos, fue la única testigo de nuestro andar.
Un control policial y las periódicas paradas en la carga de combustible, fueron las únicas pausas que intercedieron el avance del golcito.
Con la luz del día, pisamos la ciudad capital y
fuimos en búsqueda del hospedaje. Rebotando en 3 oportunidades, encontramos un
hostel en la calle Congreso, a metros de la “Casa de Tucumán”.
Allí, descansamos dos noches. Y fuimos a
recorrer la ciudad y obviamente, la mencionada “Casa de la Independencia”. Y ahí,
en el Jardín de la República, contemplamos y sentimos la historia que no fue y
que quiso ser.
Donde los “patriotas” de aquel entonces,
firmaron la declaración en 1816, en un manifiesto reluciente y liberador que en
la práctica, nada fue resuelto.
También, ir a la plaza de la independencia,
donde están los cimientos de la Casa de Gobierno y los frutos de naranjo, que
el actual Presidente, mandó a sacar “por precaución hacia su figura
presidencial”.
Acta de la declaración de la independencia argentina -
9 de julio de 1816
En la benemérita y muy digna
ciudad de San Miguel de Tucumán a nueve días del mes de julio de mil
ochocientos diez y seis, terminada la sesión ordinaria, el Congreso de la
Provincias Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto,
y sagrado objeto de la independencia de los pueblos que lo forman. Era
universal, constante y decidido el clamor del territorio entero por su
emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España. Los
representantes, sin embargo, consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad
de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la
sanción de la suerte suya, la de los pueblos representados y la de toda la
posteridad. A su término fueron preguntados si querían que las provincias de la
Unión fuesen una nación libre e independiente de los reyes de España y su
metrópoli. Aclamaron primero, llenos del santo ardor de la justicia, y uno a
uno reiteraron sucesivamente su unánime voto por la independencia del país,
fijando en su virtud la determinación siguiente:
“Nos los representantes de las
Provincias Unidas en Sud América, reunidos en Congreso General, invocando al
Eterno que preside al universo, en el nombre y por la autoridad de los pueblos
que representamos, protestando al cielo, a las naciones y hombres todos del
globo la justicia, que regla nuestros votos, declaramos solemnemente a la faz
de la tierra que, es voluntad unánime e indudable de estas provincias romper
los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los
derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación
libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli.
Quedan
en consecuencia de hecho y de derecho con amplio y pleno poder para darse las
formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales
circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y
ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta
su voluntad, bajo el seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama.
Comuníquese a quienes corresponda para su publicación, y en obsequio del
respeto que se debe a la naciones, detállense en un manifiesto los gravísimos
fundamentos impulsivos de esta solemne declaración.”
”Dada en la sala de sesiones,
firmada de nuestra mano, sellada con el sello del congreso y refrendada por
nuestros diputados secretarios. – Francisco Narciso de Laprida, presidente.
–Mariano Boedo, vice-presidente, diputado por Salta. –Dr. Antonio Sáenz,
diputado por Buenos Aires. – Dr. José Darregueyra, diputado por Buenos Aires. –
Dr. Fray Cayetano José Rodríguez, diputado por Buenos Aires. – Dr. Pedro
Medrano, diputado por Buenos Aires. – Dr. Manuel Antonio Acevedo, diputado por
Catamarca. – Dr. José Ignacio de Gorriti, diputado por Salta. – Dr. José Andrés
Pacheco Melo, diputado por Chichas. – Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante,
diputado por la ciudad y territorio de Jujuy. – Eduardo Pérez Bulnes, diputado
por Córdoba. – Tomás Godoy Cruz, diputado por Mendoza. – Dr. Pedro Miguel
Aráoz, diputado por la capital del Tucumán. – Dr. Esteban Agustín Gazcón,
diputado por Buenos Aires. – Pedro Francisco de Uriarte, diputado por Santiago
del Estero. – Pedro León Gallo, diputado por Santiago del Estero. – Pedro
Ignacio Ribera, diputado de Mizque. – Dr. Mariano Sánchez de Loria, diputado
por Charcas. – Dr. José Severo Malabia, diputado por Charcas. – Dr. Pedro
Ignacio de Castro Barros, diputado por La Rioja. – L. Jerónimo Salguero de
Cabrera, diputado por Córdoba. – Dr. José Colombres, diputado por Catamarca. –
Dr. José Ignacio Thames, diputado por Tucumán. – Fr. Justo Sta. María de Oro,
diputado por San Juan. – José Antonio Cabrera, diputado por Córdoba. – Dr. Juan
Agustín Maza, diputado por Mendoza. – Tomás Manuel de Anchorena, diputado de
Buenos Aires. – José Mariano Serrano, diputado por Charcas, Secretario. – Juan
José Paso, diputado por Buenos Aires, Secretario”.
Fuente: http://www.elhistoriador.com.ar
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