lunes, 27 de julio de 2015

Estación Holguín (Cuba)

A la lid, holguineros valientes
No temáis del tirano la saña
Ni dobléis como siervos la frente
Ante el déspota inicuo de España
Himno Holguinero 

A las cinco de la mañana, sonó el despertador, y tuvimos que tomar una de las decisiones más difíciles del viaje, que era dejar Camagüey y las amistades. Aunque uno se vaya de la ciudad la energía y el abrazo es eterno. Esa gente linda, de la casa de 3 pisos que supo acogernos, no se olvidarán, jamás.
Y la mochila, pesaba más de lo habitual, por los obsequios recibidos, por los libros de dignidad y por el sentimiento regado. Así, a pasos cansinos, fuimos en busca de la guagua que nos acerque al terminal rumbo a Holguín.


Sin dudas, esas son las situaciones más duras de un mochilero. Dejar el apego y caminar, sin mirar hacia atrás. Porque el presente y el futuro, puede ser aún mejor. Pero, vale aclarar, no olvidar lo vivido, nunca. Justamente, es el aprendizaje del viaje. Es lo que buscamos en cada paso que damos.
El bus, hizo su trayecto, besando las hiedras del suelo cubano. Hasta llegar a la ciudad de Holguín, ciudad histórica del siglo XVIII, fundada en 1545 y tierra del Mayor General Calixto García Iñiguez.


Yohan, nos había comentado que íbamos a la Ciudad de los Parques y no se equivocó. Una vez en la terminal local, tomamos una guagua para acercarnos al centro histórico de la ciudad y bajamos en el parque Calixto García (ex Plaza de Armas). Donde se encuentran el Museo Provincial La Periquera, Monumento Nacional; la Galería Ballado, del Fondo Cubano de Bienes Culturales; el Cine Martí, la Casa de la Cultura, la Casa de la Trova y el teatro Guiñol. 

 A dos cuadras de allí, nos hospedamos por $12 CUC la noche, en una habitación de casa de familia. Y en este hospedaje, pasamos dos noches, en donde recorrimos la ciudad en todas sus latitudes.
En donde disfrutamos de la tradicional “noche holguinera” cerca del estadio de pelota. En la avenida XX Aniversario, los preparativos desde temprana hora, auguraban una linda jornada de música, tradición y comida.
Después de las nueve de la noche, caminamos hacia la avenida y Holguín estaba de fiesta. Parecía un carnaval. Alegría, bailes, actividades recreativo-culturales y variadas ofertas gastronómicas formaron parte de un conjunto de acciones que disfrutamos en plena cielo cubano.

Comparte esta entrada

votar

No hay comentarios: