sábado, 26 de septiembre de 2015
Estación Cerro Catedral
"En algún momento de su vida, por leyes universales de
atracción,
el soñador y su sueño por fin se encuentran."
Yiramundi
En el post anterior, describíamos
que la ciudad, tiene dos caras o más. Y como el ser humano, uno quiere conocerlo
todo, como es por dentro y por fuera. Lo que se muestra al viajero y la
realidad de los que viven a diario, entre el viento y el polvo.
Entonces, con Raúl y Flor,
lugareños por elección, fuimos hacia el Cerro más codiciado para los deportistas
extremos del sur argentino y por ende, para los que poseen un poder adquisitivo
para llevar a cabo dichas disciplinas.
Y para relacionarme de manera más
instruida con el Cerro y sus actividades, ingresé a la web welcomeargentina.com/catedral y de entradita, se puede leer “Hablar
de San Carlos de Bariloche es también hablar de su cerro Catedral, cuyo
nombre se debe a que sus cumbres semejan las torres de un templo medieval. Su
majestuosidad es conocida por los esquiadores de todo el mundo”.
En donde dan a conocer la otra
mejilla, de esta hermosa ciudad. El lado turístico, que está a tan sólo 20
kilómetros de Bariloche y a 1.030 metros de altura sobre el nivel del mar, donde
“el cerro Catedral parece querer unir la tierra con el cielo”.
Según dicha web, es pionero en
Sudamérica, y “hoy es el centro de esquí más completo del país y sigue
modernizando sus instalaciones para ofrecer al visitante la más avanzada
infraestructura”.
En esta oportunidad, no
utilizamos ningún servicio del cerro ya que sólo fuimos a apreciar la
inmensidad de sus cimientos y el negocio inmobiliario que sobrepasa cualquier
especulación económica.
En donde, también, garantiza la
falta de nieve natural porque cuenta con un avanzado sistema de fabricación de
nieve que “da como resultado copos reales que cubren una superficie esquiable
de alrededor de 10 hectáreas”.
Sin dudas, que el “negocio” no se
corte, es la premisa de este cerro. Donde, según welcomeargentina.com “Solo hay que acercarse hasta allí. El cerro
Catedral, en la mítica San Carlos de Bariloche, tiene todo lo que necesitan el
esquiador y su familia. La nieve está asegurada”.
En conclusión, salude al muñeco
de nieve, le di un mordiscón a su nariz de zanahoria y caminamos rumbo al auto,
que lo habíamos estacionado en el parque público porque todo, casi hasta el
aire que se respira, tiene un valor económico.
Hasta la próxima estación,
Circuito Chico…
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