lunes, 18 de abril de 2016

Ayúdenme a mirar

Somos viento, nosotros. No el pecho que nos sopla.
Somos palabra, nosotros. No los labios que nos hablan.
Somos paso, nosotros. No el pie que nos anda.
Somos latidos, nosotros. No el corazón que lo pulsa.
Somos puente, nosotros. No los suelos que se unen.
Somos camino, nosotros. No el punto de llegada ni de partida.
Somos lugar, nosotros. No quien lo ocupa.
No existimos, nosotros. Sólo somos.
Sup Marcos


Me fui. Nos vamos siempre en realidad cuando queremos escapar de la realidad abstracta de la sociedad establecida y opresora.
Mentida y oscura sociedad, manejada por políticos incoherentes y adherentes al establishment impuesto por la bandera de estrellas y bastones, que pisa cabezas, que aborta países y descuartiza la historia, vivida y sentida.
Entonces, ahí, es cuando uno se escapa a respirar. A sentir la Pachamama. A abrazarse a los más natural. A conocerse a uno mismo, sin intermediarios ni medios de comunicación.
Y así, la carretera, me fue fiel en mi camino a Córdoba, justamente, la provincia que más voto sacó el actual presidente argentino. ¿Contradictorio? No, justamente, sus sierras, sus aguas y su vegetación, son el escenario que elegí para rodar con la bicicleta y despojarme de todo prejuicio establecido.
Soltarme, limpiar el cuerpo de podredumbre y fluir en el andar de dos ruedas mágicas impulsadas por mi fuerza interior y por la energía de la Tierra.
Tienes que respirar, me dijo un amigo hace un tiempo, cuando el aire se vuelca insoportable para no lastimarte.
Y fui, entonces, hacia el aire de las cumbres.

Próxima estación, San Marcos Sierra…  

Comparte esta entrada

votar

No hay comentarios: