cuyos dueños son los dueños
de todas las otras cosas (Rodolfo Walsh)
Con una hora de demora, partimos rumbo a Santa Cruz, el viaje se hizo denso ya que hacía mucho calor. Llegamos a la ciudad cerca de las 19 hs.
Caminamos unas cuadras para conseguir hospedaje hasta que finalmente pagamos por los dos la noche $25 bs. La ciudad está construida a base de tres anillos de avenidas y todo gira a su alrededor. En tanto, el casco viejo de la ciudad se encuentra en centro del primer anillo y a su alrededor el centro comercial.
En las calles se puede observar más gente blanca que nativos pues, no parece una ciudad boliviana. Aunque llegando al tercer anillo las ferias abordan las veredas y las casas de comidas típicas son el escenario que te acoge.
A su vez, pudimos observar las cuantiosas rancheras que circulan por las calles, todas de registro internacional, y por ende, certifica lo que nos habían manifestado, que la ciudad de santa Cruz es la más apoderada del país vecino.
Por la tarde, recorrimos la ciudad y compramos el boleto que nos acercará a Vallegrande. Luego fuimos a la plaza principal, hicimos algunas artesanías y volvimos al alojamiento pues, el calor agobiante atormenta a cualquier ser humano, siendo la temperatura media de 30ª y además, la nula posibilidad de “parchar” no hicieron más que aseverar nuestra partida de allí.
Pero antes de regresar a la morada ofrecimos nuestro trabajo en un local regional y nos retiramos con $165 bs en el bolso y además, nos encargaron 6 pulseras verdes y blancas –los colores de la ciudad- y 4 con la bandera boliviana. Para ello, esperamos la llegada de Cel porque estamos escasos de material y en estas regiones no se consigue el material necesario.
Finalmente, a las 19 hs del 26/3, abordamos la flota que nos acercó a Vallegrande, nuestro mayor objetivo en suelo boliviano: conocer la lavandería y la escuelita de La Higuera. Allí vamos Yiramundi, por la carretera del CHE.
30 mil compañeros desaparecidos, Presentes. Ahora y siempre. Ahora y siempre...
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