martes, 19 de julio de 2011

Música y Revolución...


Revolución como sueño, como utopía. Revolución como posible. Revolución tangible. Revolución como lucha, rebeldía. Revolución que parece escurrirse entre nuestros dedos, pero para luego volver a inquietarnos desde las entrañas.


Inquietud, rebelión, transformación radical de un estado. Cambio violento de las instituciones. Revolución es vida, es lucha.
Es sentir que no es suficiente mientras que exista la injusticia, las vejaciones, el silencio.
Revolución, como término polémico y abarcativo. Revoluciones Políticas, artísticas y científicas.
En esta palabra, en este concepto, confluyen La bronca, la esperanza, la lucha y los sueños. Revolución que también es poesía y es canción. Porque hablamos de conciencia, hablamos de acción y de ideas.
La música, compañera fiel de la revolución. Es una herramienta, un complemento y muchas veces es la misma música: Revolución.
Porque subvierte y concientiza. Porque despierta y anima. Porque acciona.
Es innegable que la música es un elemento infaltable en cualquier proceso revolucionario. Desde el canto de trovadores que reflejan situaciones sociales de su pueblo hasta las marchas y los himnos explícitos que acompañan a los guerrilleros y luchadores, la música es un elemento infaltable. Es una herramienta de denuncia de desahogo y de conciencia.

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