martes, 26 de julio de 2011

Sin barreras para volar


"Nunca te olvides que bajo el firmamento, cada estrella y cada nube recordará los paisajes que recorrimos" Emmanuel B.

Mi regreso a la Argentina, fue rápido y casi sin escalas, como mi visita al pequeño país del norte. Sin dudas, fueron días con mucha vorágine en la inmensidad de la Pachamama, que te abraza y pareciera, que no te quisiera soltar.
No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes pero Bolivia es un país dormido, en el que uno puede sentirse árbol o prójimo, siempre y cuando se cumpla un requisito previo. Que la ciudad exista tranquilamente lejos.
La vista del Salar de Uyuni, quedará en mis retinas, tatuadas por siempre. Donde el hombre es una porción diminuta ante el inmenso desierto blanco, que cubre el alcance de nuestra óptica y el más allá, de lo impensado.
Me voy y quiero regresar. Creo que nunca me iré de este país que me supo acobijar en cuantiosas oportunidades. Esta vez, Villazón, Tupiza, Uyuni, Lípez, Potosí, Sucre y en algunos otros pueblos, dejé mi huella y mi esperanza, de saber que se puede vivir mejor.
Espero haberte dejado un lindo recuerdo, como la luna reflejando en el balcón. Una historia que contar, sin final por que seguirá por siempre recorriendo el infinito. Una enseñanza que perdurará en el tiempo. Porque, la poesía está ahí donde no estamos mirando, y por eso los poetas nos salvan de la obviedad al regalarnos el ángulo que nosotros no pudimos o no quisimos ver.

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