No preguntes quienes somos,
mucho menos quienes fuimos,
en donde nacimos, que hicimos,
que sobrevivimos, no te preocupes así,
lo importante, no es como llegamos,
si estamos aquí.
Habana Blues
Ni bien llegamos a La Habana,
Alba nos habló del cañonazo de las 9 y del espectáculo que esta ceremonia
conlleva. Nosotros, interesados en la misma, fuimos a descubrir el tradicional
disparo que data del siglo XVIII,
realizado infaliblemente a las 21:00 hora local desde la Fortaleza San
Carlos de la Cabaña, la cual junto al Castillo de los Tres Reyes del Morro domina
la entrada a la bahía de la ciudad y al principal puerto de la Isla.
El sol, también se prepara para
la ocasión, y se sumerge en la bahía de La Habana, haciendo del cielo una
fiesta de colores: el rojo, el naranja, el violeta, el azul y la noche. Cinco
minutos en donde el pensamiento se relaja ante tan hermosa paleta de colores.
De esta manera, caminamos hacia
la Fortaleza e ingresamos (el valor es de 6 CUC) a un inmenso mundo de piedras
y senderos. En la entrada de la misma, hay una gran feria artesanal en donde se
pueden adquirir recuerdos, bijouterie, instrumentos musicales, remeras, etc.
Además, las murallas de la
Fortaleza, lo citan a uno en el tiempo. Donde un carruaje se pasea por la
callecitas internas con vestimenta de la época. El sonar de las campanas, el
barullo de la gente y el mar, hacen de la geografía un paraíso terrenal.
Y los cañones, apuntando la
ciudad, en donde la vista panorámica de La Habana, deslumbra cualquier
inquietud previa al cañonazo. Este acto, según informa la AIN, fue proclamado
Patrimonio Cultural de la Nación Cubana.
Historia: El tradicional cañonazo de las nueve, se inició en el
siglo XVIII cuando desde esa propia Fortaleza disparaban una salva para
anunciar a los vecinos el momento de cerrar o abrir las puertas de la muralla o
la colocación de la cadena que cerraba la entrada del puerto.
En aquel entonces la villa estaba
rodeada por una muralla que definía sus límites; de aquella obra quedan algunos
tramos en lo que hoy es La Habana Vieja.
Hace más de 300 años que se
escucha el cañonazo, el cual también formó parte de una reglamentación militar
para los marineros de las flotas españolas, luego alcanzó un valor de uso
social y posteriormente se convirtió en una tradición, explicó la museóloga
Migleidis Escalona.
Según precisó la especialista, la
ceremonia se ha dejado de efectuar en pocas ocasiones, entre ellas durante la
II Guerra Mundial y la I intervención yanqui en Cuba. Además de la fortaleza
San Carlos de la Cabaña, se ha realizado desde el barco Infanta Isabel, anclado
en la entrada de la bahía durante el siglo XIX.
En cada época la ceremonia se ha
desarrollado de acuerdo con las prácticas en uso por parte de los ejércitos
español y cubano, sin embargo en la actualidad se utiliza una fantasía militar
que imita la técnica de la etapa colonial, agregó Escalona.
La Fortaleza San Carlos de la
Cabaña forma parte del sistema de fortificaciones militares que junto al Centro
Histórico de la Habana Vieja fueron declarados en 1982 Patrimonio Mundial de la
Humanidad.
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