Se perdió el hombre de este siglo allí
su nombre y apellido son:
¡Fusil contra fusil!
Se quebró la cáscara del viento al sur
y sobre la primera cruz
despierta la verdad.
Silvio Rodríguez
Caminando por La Habana Vieja y
por el mismo Malecón, llegamos a tomar la lanchita de Casablanca para cruzar la
bahía de La Habana y visitar el Cristo y el Castillo de San Carlos de la
Cabaña.
Y nos encontramos con la sorpresa
de un show gratuito que iba a llevar a cabo Silvio Rodríguez en la plaza de
Casablanca. Entonces, caminamos hacia el Cristo y entre mates y fotografías,
dispersamos el tiempo para ver en vivo al trovador cubano.
El músico, se presentó a las 19
horas y la plaza empezó a sentir a través de sus letras y melodías. En el blog
personal del artista, se puede leer por propia pluma, la experiencia que
nosotros vivimos en suelo cubano:
“Generalmente no escribo sobre
los lugares de los conciertos antes de hacerlos, pero el caso de Casablanca es
especial. Se trata de un barrio que visité a menudo durante mi adolescencia,
más que nada por su poética belleza, aunque también por la sensación de estar
haciendo un viaje. Y es que para llegar a aquel rincón pintoresco había (y hay)
que cruzar la bahía en lanchones de aspecto vetusto, y como se decía que
llevaban prestando su servicio desde tiempos inmemoriales, uno podía imaginarse
a fines de siglo 19, o en la década del 30, asistiendo a alguna clandestina
reunión de patriotas, o yendo a visitar a una dama de abanico y pañuelo.
Me gustaba tanto Casablanca que,
incluso cuando salía de pase durante mi servicio militar, a veces invertía
varias de las pocas horas que me daban para tomar la lanchita, cruzar la bahía
y vagabundear sin rumbo fijo por sus calles. Y siempre que estaba allí acababa
subiendo las largas escaleras, hasta los pies del Cristo de La Habana, para
desde allá arriba escrutar la ciudad y soñarme volando sobre sus cúpulas y
tejas.
Años después me tocó ir por
simple necesidad, ya que en 1974, cuando se organizaba el Movimiento de la
Nueva Trova, todos los lunes, a las 6 de la mañana, tomaba en Casablanca el
tren del Hersey para llegar temprano a Matanzas, provincia que me había tocado
recorrer en busca de trovadores.
El concierto de hoy (ya estoy
hablando después de regresar) fue muy lindo, coloreado por la tropa
segund@citera y su entusiasmo desbordante. Ahora voy a colgar esta entradita,
aunque las fotos las pondré mañana porque están pasando la cuarta parte de
Liberación y no quiero perderme lo que falta”…
Fotos: 1 y 3 segundacita.blogspot.com.ar
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