pacifico soñe tus olas
tan lejos y tan cerca
siempre toca llega.Manu Chao
Más allá de esto, se nos cumplió el anhelo de poder ver el amanecer en la playa y ver como el sol se hacía luna sumergiéndose en el agua salada. Como todos ya saben, muchas veces amanecimos en la playa por ser locales en esas arenas pero disfrutamos por primera vez de un atardecer.
Pues claro, los mates y la redonda no podían faltar y así fue que Gamu, el cordobés y Pechu dieron rienda suelta al fuchi praiero. En tanto Mar y Cel, optaron por quedarse en el alojamiento.
Nuestra estadía fue fugaz pero satisfactoria en este pueblo, por la tarde del sábado vendimos s/71 lo que nos brindó abonar una noche de hospedaje y además servirnos un buen plato de comida en el almuerzo para cada uno. El domingo fue una fiesta para algunos, no es que hayamos estado de juerga sino que por la pantalla chica disfrutamos de Román y su ballet en el triunfo aplastante de Boca sobre River.
Así de corta y precisa fue nuestro paso por Huacho, pueblo huérfano de mar limpio y aire puro, ya que el puerto, principal arma económica de la región, mata a la naturaleza pero a su vez, mata el hambre de las personas que lo habitan.
Hasta la Próxima Estación… Esperanza.
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