La "malegría" es una tristeza inexplicable
ya que no está en el diccionario, es pues,
una lágrima de oro que se comparte con la risa... Manu Chao
Nuestro viaje a Lima, que felicidad!!! Continuábamos por la carretera hasta capital del Perú, sin saber que el destino nos depararía un viaje trágico. A un par de horas de la partida, dos de los Yiramundi se le taparon los oídos, es decir se apunaron, tarea que costo mucho explicarle al Cordobés, pero finalmente conseguimos quitarles los cotonetes del oído que daban un imagen
desagradable, sobre todo en las curvas cuando se le enterraba mas de lo previsto y lo acompañaba de un grito, uhii culiao!! Al rato nos dio ganas de hacer pipi, la primer victima siguió siendo el Cordobés cuando se quedo encerrado en el baño, y después de varios golpes, fue rescatado por Marcos, pero esta situación dio lugar a decir que se trabo la puerta, y quedando de este modo prohibido el ingreso al baño, por la noche cuando la población general empezó a demandar sus necesidades fisiológicas, se detuvo la marcha y hombres y mujeres a orinar o defecar si gustaba, en el medio de un campo, bajo las estrellas... situación casi romántica si no fuera que te tenias que cuidar que algún boludo que nunca falta te orinara, sin tener en cuenta el agravante de pisar mierda, nooo!! digo. Pero esto recién comenzaría, porque a la hora de dormir nuestros asientos semicama, como por arte de chantas se convirtieron en reclinables, pero a esta altura poco importaba, en lo mas lindo de este incomodo 
dormir, hechos unos bichos bolitas de lo enroscados que estábamos, se detuvo el carro con hora oficial de las 5:30 de la mañana !!CHAN!!, pero no fue tan grave, solo estuvimos 8 horas varados en el medio de la nada, con el mecánico debajo del carro, que estaba tan engrasado que horas después nos dimos cuenta que era el chofer !!Mierda!!! Al pedo le pusimos tantas fichas, si hasta hubo uno que dijo, es ingeniero mecánico, que lo parió!! No obstante las noticias no eran tan desalentadoras, se anuncio que venia un carro a buscarnos, lo que no se dijo que llegaría en 13 horas, confesión que le arranco a Gonzalo Niggli con sus ya conocidas peleas revolucionarias. Discusión va, discusión viene, pudimos negociar con la empresa para que contratara un carro y de este modo no esperar las 13 horas, algunas malas voces dicen que los argentinos amenazaron con quemar el carro, pero no fue cierto, solo se dijo del baño del carro en represalia por no ser abierto,
en fin salimos rumbo a Lima, medios limados. En este nuevo viaje, tampoco estaba dotado de baño, pero ya estábamos acostumbrados, eso si!!! tenia mas asientos, lo cual hubiera sido una ventaja, SI SE PUDIERA OCUPAR MAS DE UNO, este ya no se detuvo 8 horas como el otro, pero si se detuvo cada 8 minutos a controlar el radiador que perdía agua o algo así, pero llegamos, al fin llegamos!! Nuestro viaje tardo como unas 44 horas, buen promedio para un ciclomotor pumita 50c, pero ya dijimos la próxima vez compramos una pumita y listo, vamos barato y respirando aire puro!!
ya que no está en el diccionario, es pues,
una lágrima de oro que se comparte con la risa... Manu Chao
Nuestro viaje a Lima, que felicidad!!! Continuábamos por la carretera hasta capital del Perú, sin saber que el destino nos depararía un viaje trágico. A un par de horas de la partida, dos de los Yiramundi se le taparon los oídos, es decir se apunaron, tarea que costo mucho explicarle al Cordobés, pero finalmente conseguimos quitarles los cotonetes del oído que daban un imagen
desagradable, sobre todo en las curvas cuando se le enterraba mas de lo previsto y lo acompañaba de un grito, uhii culiao!! Al rato nos dio ganas de hacer pipi, la primer victima siguió siendo el Cordobés cuando se quedo encerrado en el baño, y después de varios golpes, fue rescatado por Marcos, pero esta situación dio lugar a decir que se trabo la puerta, y quedando de este modo prohibido el ingreso al baño, por la noche cuando la población general empezó a demandar sus necesidades fisiológicas, se detuvo la marcha y hombres y mujeres a orinar o defecar si gustaba, en el medio de un campo, bajo las estrellas... situación casi romántica si no fuera que te tenias que cuidar que algún boludo que nunca falta te orinara, sin tener en cuenta el agravante de pisar mierda, nooo!! digo. Pero esto recién comenzaría, porque a la hora de dormir nuestros asientos semicama, como por arte de chantas se convirtieron en reclinables, pero a esta altura poco importaba, en lo mas lindo de este incomodo 
dormir, hechos unos bichos bolitas de lo enroscados que estábamos, se detuvo el carro con hora oficial de las 5:30 de la mañana !!CHAN!!, pero no fue tan grave, solo estuvimos 8 horas varados en el medio de la nada, con el mecánico debajo del carro, que estaba tan engrasado que horas después nos dimos cuenta que era el chofer !!Mierda!!! Al pedo le pusimos tantas fichas, si hasta hubo uno que dijo, es ingeniero mecánico, que lo parió!! No obstante las noticias no eran tan desalentadoras, se anuncio que venia un carro a buscarnos, lo que no se dijo que llegaría en 13 horas, confesión que le arranco a Gonzalo Niggli con sus ya conocidas peleas revolucionarias. Discusión va, discusión viene, pudimos negociar con la empresa para que contratara un carro y de este modo no esperar las 13 horas, algunas malas voces dicen que los argentinos amenazaron con quemar el carro, pero no fue cierto, solo se dijo del baño del carro en represalia por no ser abierto,
en fin salimos rumbo a Lima, medios limados. En este nuevo viaje, tampoco estaba dotado de baño, pero ya estábamos acostumbrados, eso si!!! tenia mas asientos, lo cual hubiera sido una ventaja, SI SE PUDIERA OCUPAR MAS DE UNO, este ya no se detuvo 8 horas como el otro, pero si se detuvo cada 8 minutos a controlar el radiador que perdía agua o algo así, pero llegamos, al fin llegamos!! Nuestro viaje tardo como unas 44 horas, buen promedio para un ciclomotor pumita 50c, pero ya dijimos la próxima vez compramos una pumita y listo, vamos barato y respirando aire puro!!
Nuestra llegada fue media revuelta, con el cansancio en el cuerpo, dejamos nuestras mochilas y Mar y Cel fueron a reclamar el dinero del pasaje. A las horas llegaron con el dinero y ahi decidimos ir a buscar nuestro porcentaje. La discusión fue dura, Pechu encabezó la protesta pero como era día feriado el encargado no estaba y nos deparó para otro día.
Finalmente fuimos y conseguimos nuestro propósito, recuperamos el 50% del pasaje y con ello cubrimos nuestra estadía en la capital peruana que por cierto, nos trató muy bien. Recorrimos sus calles y lamentablemente no pudimos parchar y por ende, nuestro paso fue breve y decidimos dejar la ciudad en busca del mar
Hasta la Próxima Estación... Esperanza.
Hasta la Próxima Estación... Esperanza.
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