lunes, 28 de julio de 2008

20 de julio - Estación Ocotepeque (Honduras)

“La necesidad solo es ciega
Mientras no se le comprende.
La libertad no es otra cosa
Que el conocimiento de la necesidad”

Friedrichs Engels

Nace el día, tocado por los dedos del sol. En los campos de El Salvador, las mujeres encienden los fogones y empiezan con sus trajines. En un bus, cruzamos medio país, desde el centro hacia oriente, para llegar a El Poy, frontera con Honduras.
Hicimos los trámites migratorios y en un taxi, avanzamos hacia Ocotepeque, primer pueblo fronterizo. Allí, nos alojamos en el hotel “San Antonio” por 60 lempiras cada uno (1 dólar = 19 lempiras).
Pueblo pequeño, situado en las sierras hondureñas, en donde la carretera le da vida migratoria de día y de noche. En aquel lugar, éramos extraños, aun más de lo habitual por estas tierras. Como comentábamos anteriormente, nadie nos llama latinos, ni hablándoles nos comprenden. Lo más ridículo ocurrió al llegar a la terminal, cuando dos hombres se abalanzaron y sin hablarnos, sacaron sus propias conclusiones. Uno le dijo al otro “no son gringos, mira, son de Jamaica” “¿Jamaiquinos?” exclamo el otro sorprendido. “Si, mira sus pelos y sus barbas” sentencio el instruido de los dos. A veces, una imagen vale más que mil palabras pero no es este caso en particular.
Pensábamos estar una noche, pero el paro de transporte por el aumento de combustible, nos obligo a extender la estadía. Contratiempo que no fue inconveniente, ya que estábamos cómodos en el hotel y el pueblo, nos regalaba tranquilidad.
Le dedicamos tiempo a la lectura, un poco a las artesanías y mucho al ocio. Descansamos. Soñamos y despertamos al soñar: en las buenas costumbres, en las palabras pérdidas y en el tiempo, que dice ¿Qué hora son mi corazón? ¿Que hora son en Argentina? ¿Qué hora son la vida entera?
Hasta la Próxima Estación… Esperanza.

viernes, 25 de julio de 2008

18 de julio - Estación San Salvador (El Salvador)

La justicia es como la serpiente
Solo muerde a los descalzos
Monseñor Romero
(Arzobispo de San Salvador, asesinado por los militares en 1980)

A las 5 de la mañana nos alistamos en Tica Bus y a los minutos, después de tomar un café, partimos viaje hacia San Salvador. País pequeño. País reducido aun mas por su economía.
Mucha ceniza ha llovido sobre la tierra purpúrea, en los años 80, durante la guerra entre comunistas y militares. El miedo y el silencio fueron convertidos en modos de vida obligatorios. La dictadura, enemiga de todo lo que crece y se mueve, cambio con cemento el pasto de las plazas que pudo atrapar y talo y pinto de blanco todos los árboles que tuvo a tiro.
En el hotel “Rex”, que nos abrazo bajo sus cuatro paredes las 2 noches que estuvimos en la ciudad capital, vivía su dueña. Mujer de muchos calendarios y en donde se podía percibir el paso del viento en su rostro.
Esta mujer, de nombre Rosalía, no se callaba nunca. A las 6 de la mañana empezaba a dar ordenes a sus 2 empleados; un joven y un viejo, y siempre se quejaba. Para esta mujer no había estupidez que no fuera un problema: ¡Limpien bien los 6 baños! ¡No usen el trapo húmedo! ¡Me tienen harto los carpinteros q me quieren cobrar millonadas y las goteras no cesan!
Esta mujer, esta harta de trabajar como una mula y nos enseñaba sus manos “mira como las tengo”. Y nos invito a sentarnos. “Hace 41 años que tengo esta propiedad pero ya no hay turistas. Antes venían de Holanda, de Francia, de España, de Estados Unidos y de Sudamérica”. No había interrupción en su alegato. No escuchaba nunca y no hacia caso a nuestros intentos de dialogo. “Primero fue la guerra, después las pandillas y ahora la economía”. Pues, hace 5 años que el Colon dejo de circular como la moneda oficial y el verde papel, moneda impuesta, moneda opresora, ordena la suerte del pueblo salvadoreño.
Antes del antes, en los tiempos de la infancia del mundo, cuando no había colores, esta mujer, que le dolía la columna como nunca a nadie le había dolido, se mostraba vigorosa t reluciente en la pared. “En esta foto tenia 28 años y en esta otra, que estoy con mis hijos 33”. Sus días pasan y los deja pasar. Nosotros fuimos dos ráfagas en su vida, quizás nos recuerde como 2 hippies que se quedaron en el tiempo. Así nos llamaba “lávense la cabeza que huelen feo y vístanse bien, que no se lo que parecen”.
Cuando uno se arroja a tierras extranjeras, queda muy al intemperie el alma y se pierden los habituales marcos de referencia y amparo. La distancia crece cuando es evitable. Uno esta lejos de su tierra y de su gente, pero aparecen otras tierras, se descubren otras gentes, nuevas fuentes para beber, nuevos públicos para conversar.
Perdidos en el siglo, el presente que esta vivo, se rebota. El pasado, que esta quieto, es mas dócil, nos contradice menos y en esa mochila podemos encontrar lo que ponemos.
Finalmente, nos despedimos de la “viejita buena” y de ustedes. Cargamos nuevamente las mochilas y al cruzar su puerta, la puerta del tiempo, nos dijo “dejen de drogarse con esa yerba (mate) y mándenme turistas con plata no como ustedes que rebajan los precios”. Salud abuela. Salud Camaradas.
Hasta la Próxima Estación… Esperanza… por la avenida de la paz, ruta babilón, el camino esta cabrón.

lunes, 21 de julio de 2008

18 de julio - Estación Managua (Nicaragua)

Cuidado en la frontera.
Cuidado por la cera .
Cuidado en el norte.
Cuidado por la selva.
Ten cuidado...
Peligroso estaba yo, de Nicaragua…
Manu Chao

Calor con lluvia es invierno. Calor sin lluvia es verano. Llueve mucho, mucho meses en Centroamérica y trae vida la lluvia, vida que por todas partes brota con violencia.
Después de una hora en bus, llegamos a la capital nicaragüense y ahí nomas tomamos un bondi que nos deposito cerca de la empresa Tica Bus. Empresa que nos trasladaría a El Salvador por la madrugada.
Nos alojamos en la “casa blanca” de José, un viejo burlón y antipático, que ignora su propia ignorancia pensando que por identificar los símbolos nazis en un croquis que estaba dibujando somos unas personas cultas e inteligentes. En algo se parecen, los reaccionarios con los ignorantes. Con el mapita, dibujado a mano alzada, del casco histórico de la ciudad, salimos a recorrerlo. Perros flacos jadeando, polvo y lluvia y entre las arboledas que parecen selva, un barrio obrero en construcción y muchos chicos en las calles. A cuadras del Palacio Nacional, Managua nos revela su realidad.
En los años 80, en el país que nadie invade y que tiene la costumbre de invadir, el presidente Reagan hablaba por televisión denunciando la amenaza que se llamaba Nicaragua; mientras el mapa se iba tiñendo de rojo a sus espaldas. El torrente de sangre y comunismo avanzaba por america central, subía por México y entraba vía Tijuana – Texas a los Estados Unidos. Por ese entonces, el mundo no sabia que este país descalzo había sido arrasado por la dictadura de Somoza durante medio siglo y por un terremoto que borro del mapa a media ciudad de Managua. Precisamente, en la Plaza de la Revolución, las agujas del reloj de la devastada Catedral, señalan la hora (1:40 am) del siniestro natural. Allí, quedaron desafiando el paso del tiempo. Tierra que arde. Cielo que truena. Si la tierra tiembla, se hunde en el mar. Si la tierra tiembla, nadie se va salvar... Bomba ATOMIKA, Bomba POLITIKA, Bomba ECONOMIA... Radio Reloj, 23:40 pm Buenos Aires, Argentina.
En la Plaza, tomamos unos mates, conversamos con una empleada del Museo Nacional, sobre su historia y desfilamos, cuidadosamente, por las peligrosas calles que representan el poder, el miedo, la guerra, la indignidad y la indignación de un pueblo saqueado.
Hoy a 29 años de la Revolución Sandinista, que cayó democráticamente junto al Muro de Berlín, volvió al poder mediante el voto popular con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y el pueblo cree en lo que hace. Cree y crea: al desencadenar su energía creadora, la comunidad se descubre capaz de convertir las palabras en actos.
Pero las dificultades materiales, que son tantas y tan multiplicadas por la guerra ideológica incesante, no pueden borrar de un toque la tradición de ineficacia y fatalismo. Durante siglos, este país ha sido entrenado para obedecer, no para pensar, y para padecer la historia en lugar de hacerla. Todo estaba organizado para que cada nicaragüense se resignara a la vida que le tocara y aceptara la desdicha y la muerte temprana, como se aceptan las lluvias del invierno y los soles del verano. Augusto Cesar Sandino, empezó la otra historia. Hoy, en el mismo país viven todavía, peleando entre si, el país que fue y el país que será.



“Mi mayor honra es surgir del seno de los oprimidos, que son el alma y nervio de la raza. Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte; y si morimos, nuestra causa seguirá viviendo. Otros nos seguirán”
Augusto Cesar Sandino, el General de los Hombres Libres.

Hasta la Próxima Estación, Esperanza.

Mas fotos en este nick: http://almaclandestina.spaces.live.com/photos/cns!688FE8E521F1C3BF!1796/

15 de julio - Estación Granada (Nicaragua)

Sandino! Sandino!
Esta es dedicada para el General
el que a nadie, nunca a nadie,
le ha hecho mal
el patriota de Latinoamérica:
Augusto Cesar Sandino.
Todos Tus Muertos

Arribamos a Granada por la mañana, entre los ojos, un lugar de calles hermosas, edificios de estructuras antiguas, gente tranquila de un mercado agitado, dónde se podía encontrar al igual que en Bolivia, desde un plátano a una maquina de afeitar, un pan, un plato de comida barato y otros no tanto.
Cruzamos el mercado de punta a punta y nos vimos envuelto en una permanente confusión de nacionalidad, ya que todos los intento de comunicación de venta ,fueron en ingles, fenómeno que vivimos cada ves mas fuerte desde que entramos a Panamá, mi cara dice cosas, y la lengua de Gonzalo se enciende mortal y asesina, retrucando con orgullo, soy argentino señor, con la misma fuerza y mas entusiasmo, repone aun mas diciendo ,no somos ingleses, ni gringos, somos de la tierra de Maradona, del Diego!!!
Solo un rato después, luego de hacer una inspección por el lugar, conseguimos un hospedaje acorde a nuestros bolsillos, de nombre "CASA DE APOYO MUTUO" el nombre sonaba, como lo que soñamos que suceda en América Latina. Una ves alli, nos atendió Maria, quien muy amable nos dio un cuarto, pero tendríamos que esperar unas horas, y así lo hicimos. El lugar era muy bonito, de apariencia familiar, y bingo!!!Tenia cocina, la cual nos sirvio para cocinar durante la estadía unos ricos guisos.
Al día siguiente conocimos el lago del pueblo que parecía un mar, y bajo la sombra de un parque tomamos mates y también ocurrió que me pico, mordió, o lo que mierda fuera ,un gusano que me dejo unas espinitas que horas después se transformarían, en 942 granitos que me darían un comezón de la concha de la lora!!


Una tarde salimos a tomar unas fotografías nos encontramos con futbol femenino, y algunas de ellas lo hacia realmente muy bien, y salieron comentarios como, esa mina juega mejor que Tincho, amigo entrañable de Gonzalo ex jugador del club social de Santa Teresita; posterior a esto hubo mas sorpresas, cuando se quitaron rápidamente los arcos, y se pobló de un grupo de alumnos de una escuela, los mismos portaban instrumentos musicales, delante de ellos algunos adultos, y detrás de los adultos, como cerrando este cuadro ,la bandera, quien seria la protagonista es esta oportunidad, ya que se celebraba su día.


Después de presenciar un rato su acto ,seguimos con la sección de fotografías y dimos con una fundación llamado LOS TRES MUNDOS, que era a la ves un centro cultural con radio, y educación primaria, lugar de un fuerte carácter militante y de una fuerte historia, en el mismo que se proyectaría el día siguiente una película, que trataba la violencia ejercida por la dictadura peruana sobre el movimiento sendero luminoso y el pueblo de Perú, cita imperdible para nosotros, y así con esta película nos despedimos de Granada , lugar que nos dejo un recuerdo agradable.
Una advertencia, si vienen por aqui, cuidado con los gusanos, son más culiados que la bosta!!!!

Hasta La Próxima Estación... Esperanza.

Más fotos en este nick: http://almaclandestina.spaces.live.com/photos/cns!688FE8E521F1C3BF!1753/

miércoles, 16 de julio de 2008

11 de julio - Estacion Tamarindo (Costa Rica)


Lejos del circo quiero estar
Cuestionar esta Falsa Paz
Tiempo de soledad no pueden apagar
Almas dormidas en manos del azar
Te deseo revolución, Primavera y amor
Haber si tu voluntad me calma…
Los Cafres

Despegar de un lugar que lo cobijo con comodidad y el cual uno se siente propio del mismo, es la tarea más difícil del mochilero. Es cuando el inconciente, vocifera, que uno no pertenece a ningún lugar.
Pues, la conciencia es esa misteriosa y contradictoria capacidad que el hombre tiene de distanciarse de las cosas para hacerla presente, inmediatamente presentes. Es un comportarse frente al medio que nos envuelve, transformándola en mundo humano.
Absorbidos por el medio natural, respondemos a estímulos; y alejados de nuestro medio vital, enfrentamos las cosas, objetivándolas, y las afrontamos como desafíos nuevos que van naciendo día a día.
Con estas sensaciones rumbeamos hacia Liberia, escala obligada para llegar luego a Tamarindo. Pues, las casi 5 horas de viaje, nos deposito en el pueblo elegido cerca de las 8 de la noche. Allí, al enterarnos que no había camping, ni bomberos, ni Cruz Roja, decidimos acampar en la playa, ya que los alojamientos no bajaban de los u$s 10 por persona.
El pueblo, construido por y para los gringos, se asimilaba a Carilo pero claro, teniendo en cuenta la distancia económica de los inversores de cada lugar. Muchos surf shops, escuelas y alquileres de tablas, locales de artesanías, bares y restaurantes atendidos por los mismos gringos.
Igualmente, nos arreglamos para economizar nuestra estadía en tierras ticas. Pasamos 2 noches frente al mar, escuchando su silencio y contemplando su belleza natural. Fuera del circo impuesto en la calle principal para el consumo y el “bienestar”.
En este sentido, la invasión cultural, indiscutiblemente enajenante, realizada discreta o abiertamente, es siempre una violencia en cuanto violenta al ser de la cultura invadida, que o se ve amenazada o definitivamente pierde su originalidad.
Por esto, toda dominación implica una invasión que se manifiesta no solo físicamente, sino a veces disfrazada y en la cual, el gringo, se presenta como si fuese el amigo que ayuda. En el fondo, es una forma de dominar económica y culturalmente.
Los ticos, autodenominados, los “gringos de Centroamérica” por el “progreso” de su sociedad, insisten en imitar a sus opresores en sus métodos dominadores y se dejan domesticar por un nuevo contenido depositado en la opulencia, el consumo y la arrogancia.
Nosotros, vagabundos por placer, vivimos 10 días fuera del circulo del vicio y cruzamos de sur a norte el país con u$s 35 cada uno por la Panamericana. Pase lo que pase. Sea lo que sea. A nuestra manera…por la carretera.
Hasta la Próxima Estación… Esperanza.

8 de julio - Estacion Puntarenas (Costa Rica)


El arte y la cultura
Son tan importantes para la vida
Como la alimentación.
La cultura crea identidad y raíces.
El arte nos da alas.
Dietmar Schonherr

Tomamos un bus hacia el norte del país en busca de otras playas, menos infectadas de gringos y a su vez, menos comercial. Así fue que, Puntarenas nos ofreció dicho concebimiento. Una vez llegado al pueblo, fuimos a la estación de bomberos en busca de alojamiento pero no se encontraba el oficial y la respuesta se lleno de incertidumbre.
Pues, sin pensarlo, nos dirigimos a la sede de la Cruz Roja y allí, nos topamos con Virginia, la secretaria del oficial, que nos abrió las puertas de la Institución.
En el trayecto, mientras caminábamos con perplejidad, el Cordobés clamo el futuro negado en los bomberos “che culeao, vamos a dormir en una cama con ventilador, cocina, TV y baño”, sin ser pesimista le respondí con fanfarria y esperanza, aunque manifesté “para ello debemos pagar un alojamiento”.
En tanto, la Sra. Virginia, nos enseño el edificio; la cocina-comedor, la sala de espera con TV, el baño y nuestro dormitorio con 16 camas y un ventilador de pie, ubicado en el segundo piso. Desbordamos de alegría, guardamos nuestras pertenencias y disfrutamos de las comodidades.
A su vez, el buen tiempo y el disfrute de la playa, alimentaron aun más el alma vagabunda. Nuestros días se hicieron de largas charlas con los voluntarios de la Cruz Roja por la mañana y la noche, mientras que por la tarde nuestra parada fue contemplar el oleaje que nos regalaba el pacifico.
En fin, cuando el sol se escondía tras la mar y la luna apagaba el sol, el mundo era una fotografía. Mundo quieto, aire quieto y nos hacíamos preguntas en el oído:
¿Dónde duerme la noche? ¿Duerme aquí, debajo de la cama?
¿Se enojara Dios, si no creo en el? Ya no se como decírselo
Si Dios se hizo solo ¿Cómo pudo hacerse la espalda?
¿Por qué muere la gente? Y morir ¿Qué es?
¿Mi abuela se murió porque era viejita? ¿Y por que murió mi hermanito que tenia 20 días de vida?
Entonces ¿los enfermos se mueren? ¿Por qué se mueren los que no están enfermos?
¿Qué es una persona en el camino?
¿Qué somos? ¿Hacia donde vamos?
¿El mundo no sabe donde esta su casa?
¿Por qué hay tanta gente sin tierra habiendo tanta tierra sin gente?
¿Por qué se permite que las torturas químicas atormenten a la Tierra?
¿Los hombres quieren vivir?
Ya viene el hambre, por la carretera. Ya viene el hombre, por la frontera… Ruta Babilón
Hasta la Próxima Estación… Esperanza.

5 de julio - Estacion Jaco (Costa Rica)


Iniciamos nuestro retiro de San José por la mañana y decidimos ir a la Terminal de bus Y tomar uno urbano que nos sacara de la ciudad para hacer dedo con el fin de llegar a la Herradura, un pueblo junto al mar.
Efectivamente lo realizamos de ese modo, una vez allí, nos acercamos a una carretera y de un restauran pedimos agua y comenzamos nuestro ritual del mate, a los pocos minutos el joven nos invito a una mesa para que estuviéramos mas cómodos. Finalizando lo que seria nuestro almuerzo, nos lanzamos una vez mas a la suerte de hacer dedo, a lo que llaman right por estas tierras. Habremos estado unos 30 minutos cuando el joven se acerco con un billete de 10.000 colones en la mano, y estando cara acara nos regalo para que pudiéramos continuar con nuestra aventura, se le podía ver sus ojos emocionado contribuyendo con nuestra experiencia, le dimos las gracias y le regalamos una pulsera.
Poco después tomamos el bus y partimos hacia la herradura, este trayecto duro casi dos horas y sobre el final se desato una tormenta.
Descendimos y en medio de una lluvia ya no tan fuerte, emprendimos la búsqueda de un camping, y después de recorrer todo pueblo en casi un kilómetro pudimos chequear con mala fortuna, que no existía un sitio para acampar, y al ritmo de la tormenta crecía nuestro cansancio.
Llego la hora de tomar un nuevo rumbo y optamos por el siguiente pueblo, este seria Jaco a unos 7 kilómetros, donde si encontramos camping pero de un precio al que se podría decir poco accesible, pero perdido por perdido entramos dispuestos a negociar ,que traducido seria encontrar una rebaja.
Por esa hora no se encontraba la encargada y arreglamos con uno de los empleados quedarnos la noche y al día siguiente acomodar la situación.
En tanto el complejo estaba parcialmente inundado, lo que hacia una tarea difícil a la hora de armar la carpa, entonces cerca de las duchas tiramos las mochilas y ahi mismo cenamos, salchichas de pollo precocidas con pan de pebete, que era mas parecido mas a un pan dulce, pero para el hambre que teníamos nos resulto una combinación perfecta, aunque hay que reconocer que después del quinto pancito, teníamos que meternos una patada en el pecho para bajarlos!!
Panza llena, corazón contento y así salimos a la calle bajo la tormenta en una nueva inspección, la que dio como resultado una cruz roja, y se nos encendió una luz roja, pensamos, si nos hospedamos aquí zafamos de la estadía, ojo eh!!No por tacaños si es que nuestra moneda esta realmente muy devaluada en Costa Rica.
En definitiva, nos acercamos y después de una presentación formal de nuestra aventura, terminamos durmiendo en una lancha que decía, Cruz Roja, pero lo malo es que era solo por una noche, pero nos permitirían cocinar y guardar nuestras cosas de valor y de este modo podríamos acampar en la playa sin riesgo alguno.
Lo restante podríamos sintetizarlo diciendo que pasamos dos días en los cuales hubo largas charlas y debates políticos con los trabajadores de la Cruz Roja, mucha playa, sol, chapuzones y otros largos debate con la naturaleza.
Hasta la Próxima Estación… Esperanza.

jueves, 10 de julio de 2008

3 de julio - Estación San José (Costa Rica)

De los topos, aprendimos hacer túneles
De los castores, aprendimos hacer diques
De los pájaros, aprendimos hacer casas
Del viento, aprendimos la vela
¿Quién nos habrá enseñado las malas mañas?
¿De quién aprendimos a atormentar al prójimo y a humillar al mundo?
Eduardo Galeano


Las palabras pierden su sentido, mientras pierden su color la mar verde y el cielo azul, que habían sido pintados por gentileza de las hierbas mediante su pincel de oxigeno durante millones de años. Nosotros, en el siglo XXI, sin perder el rumbo de la carretera, nos despedimos de José y por la Panamericana encaramos hacia la Próxima Estación.
En las periferias de la ciudad capital, paramos en un peaje de transporte de carga para hacer dedo y encontrar así, un alma caritativa que nos lleve en el viento y fue así que Rafael en su camión, donde había espacio de sobra y sonaba buena música, nos acercó hasta Divisa, pequeño pueblo que vive al lado de la carretera.
Cuando las estrellas esperaban a brillar, decidimos acampar en el patio de una casa, donde compartimos la cena y largas horas de charlas con los dueños de la vivienda. A la mañana temprano, después de la ronda de mates, fuimos al control policial solicitando la colaboración de frenar un carro que nos arrime a la frontera y respondieron con 2 camionetas que nos bajaron después de unas horas a 40 Km. del limite nacional.
Allí, tomamos una combi hasta las oficinas de migraciones, comimos unos patacones, tortas fritas y empanadas, sellamos los pasaportes e ingresamos a la tierra de los ticos, donde dormimos en la intemperie esperando el bus que nos llevaría a San José.
Después de 8 hs de viaje por un camino alucinante, de sierras y ríos con mucha vegetación, llegamos a la babilonia Tica. Junto a Matías y Lucho, quién esperaba la llegada de sus padres, fuimos al hotel donde iban a hospedarse y en el bar del mismo, mientras tomábamos unas cervezas, los mozos se alborotaron a nuestro alrededor. Sin entender lo sucedido, se acercaron y tímidos, nos interrogaron.
Ellos, estaban convencidos de que éramos una banda de música y nosotros no le quisimos cortar la ilusión y Lucho, sin vacilar, dijo “somos Los Cafres”. Los flashes, los papeles y lapiceras, empezaron a caer sobre la mesa y entre carcajadas, posamos y firmamos autógrafos en cantidad.
En tanto, los huéspedes del hotel, en su mayoría gringos, miraban con recelos a estos barbudos y desprolijos argentinos, que se hicieron famosos por 10 minutos sin nombre propio.
A las horas, nos despedimos de estos 2 locazos vagabundos, que nos brindaron toda su humanidad y buena onda. Además, de regalarnos un kilo de yerba mate y 4 alfajores Havanna. Caminando despacio, bajo la lluvia, fuimos a nuestro hospedaje, donde pasamos la noche en una pieza para luego seguir rumbo en Costa Rica.
En estos días que nos toco compartir con Mati y Lucho, aprendimos de las golondrinas a viajar juntos buscando la primavera del hemisferio sur al norte y dejamos en el vuelo las malas costumbres del ser humano.
Hasta la Próxima Estación… Esperanza.

miércoles, 9 de julio de 2008

29 de junio - Estación Ciudad de Panamá


Escúchalo güey ! Su palabra es ley !
Cuando no manda, lo compra
Si no lo compra lo elimina !!
Esta ciudad es la propiedad
Del Señor Matanza !!
Mano Negra


La lluvia acribilla la tierra en estos tiempos. En la caja de la camioneta, que corcovea a través de la selva, estamos los 8 argentinos que viajamos con destino designado pero con futuro incierto.
Ondula la selva sobre las montañas y la camioneta sigue, atraviesa un río sin puente y vamos dejando atrás algunas aldeas de caña y paja alzadas sobre zancos. Con la mano en la panza por la descompostura que el batido camino provoca, alcanzo a ver paisajes fulgurantes. Este mundo parece hecho por un dios que se dedica, los domingos, a la pintura ingenua.
El tiempo se hace tiempo en las agujas del reloj y el chofer nos indica a bajar. Nos deja en la carretera, lejos del mundo civilizado porque los 10 dólares que pagamos por persona no alcanzan hasta la capital panameña.
Tomamos un bus por u$s 1,20 y arribamos a la otra selva, mas ruidosa, con mas colores y muchos animales convertidos en hombres consumidores de miseria. Amurallados en grandes puertos y babilónicas ciudades, ignoran y desprecian la realidad nacional, a todo lo que en ella las contradice; y prácticamente se limitan a operar como cables de transmisión de los centros extranjeros de poder.
Esa olla, esa mina, y esa finca y ese mar
Ese paramilitar, ese federal, ese chivato
Ese sapo, el sindicato, el obispo y el general son propiedad
Del Señor Matanza
Pero en todo lo malo hay algo bueno y así contactamos con el actor José Collman de la comunidad Kuna Yala, que nos brindo hospedaje en su calido departamento situado en la ciudad vieja de la capital. Hombre comprometido con el saber de su historia, nos manifestó largas horas de conocimiento mientras degustábamos rondas de mates y galletitas.
Manifestamos y coincidimos con el secuestro de nuestra historia. La historia oficial esta contada desde, por y para los blancos, los ricos, los militares y los machos; pero la historia oficial no menciona las sublevaciones indígenas ni las rebeliones de esclavos negros. Lo que importa es aprenderse de memoria las fechas de las batallas y las fechas de nacimiento de los próceres. Engalanados como para fiesta o desfile, nos hacen ver que estos hombres de bronce han actuado solitariamente o por divina inspiración.
El decide lo que va, dice lo que no será
Decide quien la paga dice quien vivirá
Esa y esa tierra y ese bar son propiedad
Del Señor Matanza
Panamá, no sale de la regla. Festeja dos independencias, en las cuales no hubo rebelión ni revolución. A los españoles los echaron con la ayuda de los gringos y año mas tarde, estos mismos echaron a los colombianos. Provincia por país fue el tratado de 100 años de opresión y con 2 islas de regalo que pertenecían a Nicaragua que aun hoy la esta reclamando soberanas de su tierra.
El canal de Panamá, es toda una estructura de la impotencia, que el ejército custodia y que tiene su base en el sistema económico. Ese sistema integra un sistema mayor, una maquinaria internacional de poder. Los panameños, colonia yanquee venida a menos, muestra con orgullo el estrecho y hacen saber al hemisferio globalizado que son el centro de comunicación del mundo.
El decide lo que va, dice lo que no será
Decide quien la paga, dice quien sufrirá
Esa y esa tierra y ese bar son propiedad
Del Señor Matanza
Han pasado ya 41 años desde que fue atrapado vivo y asesinado en Bolivia, y no vale mal recordar, ahora, su mensaje esencial; el Che no creía que el desarrollo económico fuera un fin en si. El desarrollo de una sociedad tiene sentido si sirve para transformar al hombre, si le multiplica la capacidad creadora, si lo lanza mas allá de egoísmo. El transito desde el reino de la necesidad hasta el reino de la libertad es un alucinante viaje del “yo” al “nosotros”. Y este viaje no puede realizarlo el capitalismo, porque este sistema sacrifica al derecho de propiedad los demás derechos y organiza la vida de los hombres como una carrera de caballos.
Hasta la Próxima Estación... Esperanza.

24 de junio - Estación cruce Colombo-Panameño

Mirando el Mundo con los lentes de Allende: 
humanismo; abrazos entre obreros y mineros; 
igualdad y libertad... (como brillaba tu alma)

Tomamos un bus en Parque Botero para alistarnos en las afueras de Medellín y allí poder hacer dedo hacia Turbo pero la fortuna no estuvo de nuestro lado. Después de 3 hs de sequía, decidimos subirnos a una combi que nos pedía $ mil por persona y que finalmente pagamos la misma suma por los dos.
La carretera estaba deplorable y la intensa lluvia hacia aun mas dificultoso el trayecto que combinaba asfalto con ripio. Finalmente llegamos al pueblo pasadas la media noche y con Córdoba decidimos dormir bajo el toldo de un bar ya que a las 9 de la mañana partían las lanchas hacia Capurganá (límite colombiano).
Nos despertamos ni bien el sol prendió el farol y fuimos por una leche con pan. En ese ínterin, nos cruzamos con 2 argentinos predispuestos a cruzar la frontera y juntos zarpamos hacia Panamá.
Después de 2 hs navegando, llegamos a Capurganá, tomamos unos mates con galletas, sellamos los pasaportes de salida y partimos, otra vez por mar, hacia Puerto Obaldía (límite panameño).
En media hora, pisamos tierra firme y fuimos a realizar los trámites de ingreso. Muchas eran las versiones sobre los requisitos y muchas las palabras al viento que llegaban a nuestro oído sobre las exigencias panameñas para poder sellar el pasaporte.
Nosotros, llevamos nuestras mochilas al control, saludamos uno por uno a los oficiales de guardia y ofrecimos “positive vibration”.
En fin, después de anotar nuestros nombres y de requisar las mochilas con perros catadores de hierbas, nos dieron el visto bueno para que ingresemos a la oficina de migraciones.
Una vez allí, nos pidieron solvencia económica (u$s 500) y una reserva de salida del país (ya sea por aire o tierra). Con Córdoba presentamos los cheques viajeros y Matías y Lucho hicieron lo mismo con la tarjeta de crédito.
En tanto, al no tener ticket de salida, él mismo empleado nos dirigió a la casa de Internet para que imprimiéramos una reserva sin fecha de regreso. ¡Milagro, firmamos el pasaporte!
Aun quedaba un paso mas y por el valor del avión (u$s 83 hasta ciudad de Panamá), nuestro destino era un barco pesquero que nos acerque a Puerto Colón o a cualquier destino en donde haya una carretera.
Después de 3 noches en Obaldía, en donde dormimos en la casa de Joselete, un hombre que nos brindo una pieza por intermedio de una vecina que nos escucho repotricar con la corregidora del lugar y de haber conocido a Dino, un viejo hippie italiano acompañado de su mujer colombiana, con los cuales compartimos noches de ron y platos de pescado en la selva militarizada, zarpamos con “los marrados” en el barco “Ivana” por la Bahía de San Blas.
El movimiento del barco por las aguas caribeñas provoco mareos y nauseas por doquier, especialmente al cordobés y quién les habla con la voz escrita. Pues, pasamos los 2 días acostados y mayormente durmiendo para no sufrir el corcoveo constante y solo nos parábamos cuando se detenían a la tarde en los puerto para hacer la noche.
A lo lardo del recorrido, visitamos la comunidad Kuna Yala, que oscila desde Puerto Obaldía hasta Cartí, destino establecido para tomar un carro que nos acerque a la ciudad de Panamá.

Hasta la Próxima Estación… Esperanza.

martes, 1 de julio de 2008

19 de junio - Estacion Medellin (Colombia)

"Para el logro del triunfo
siempre ha sido indispensable
pasar por la senda de los sacrificios."
Simón Bolivar

Después de discutir el precio en la Terminal de Bogota, encontramos bondi que nos lleve a Medellín, la ciudad de la primavera eterna. Allí llegamos luego de 10 horas de viaje en el cual el cordobés inundo el pasillo con sus vómitos y revueltas.
Pues, nos ubicamos en el barrio Constitución porteño de la ciudad colombiana, en donde los travestís –principalmente- paseaban sus peludas piernas por las esquinas y bares. En fin, nos acomodamos en un hotelucho por 18 mil pesos por día los tres, que en realidad, fue lo más económico que encontramos en la gran babilonia paisa.
Nuestros días fueron tranquilos en la ciudad, nos cobijamos en la habitación para compartir nuestros últimos momentos juntos, ya que Gamu partiría solo para la costa colombiana y nosotros haríamos lo mismo hacia Turbo, buscando la carretera que nos acerque a Panamá.
Recorrimos las calles de la ciudad y anduvimos en el famoso metro de Medellín, el cual es postura de envidia de los bogotanos. Este servicio que une la ciudad de norte a sur y además, cuenta con un servicio de metro cable, mas conocido en la Argentina como teleférico, conecta los altos cerros con el centro de la ciudad en sus dos orientaciones, occidente y oriente. Allí, se puede percibir con claridad el gigante valle en la cual esta construida la ciudad paisa.
A su vez, Gamu y Córdoba, hicieron teatro y malabares en el semáforo y trajeron consigo unos billetes y la amistad remota de una cordobesa, una colombiana y una peruana, que nos invitaron a compartir unos días en la casa de dos jóvenes colombianos, en donde ellas estaban hospedándose.
Pues allí fuimos y estuvimos 2 noches mas en la ciudad, en donde parchamos en la avenida principal y vendimos lo suficiente para recuperar el dinero mal gastado en el hotel las pasadas 3 noches.
Con comodidad y cocina de por medio, cocinamos rica comida y compartimos mates y aventuras entre los 7 ocupantes. Fueron 2 días de tranquilidad y desencuentro con el alma, ya que una congoja envolvía los sentimientos y las miradas entre los 3 Yiramundis que a lo largo del viaje habíamos conectado alianza y unión verdadera.
Cada uno debía seguir su camino y así lo habíamos comprendido desde que entablamos el tema sobre el día de la despedida pero, llegado ese momento, no queríamos que ocurra. Gamu, amarro su hogar caminante, su madera, su termo y mate y partió rumbo a lo desconocido, con su yo y el otro yo. En tanto, con Córdoba, escogimos nuestras pertenencias y salimos hacia otro rumbo pero con el mismo destino de lo desconocido. Los tres seguimos en busca de un ideal, por la carretera y a la distancia nos seguimos preguntando: ¿Por donde saldrá el sol?

Hasta la Próxima Estación… Esperanza

11 de junio - Estacion Bogotá (Colombia)

¿Habrá un fin al saber?
Nunca, nunca.
Se está siempre al principio
de una curiosidad inextinguible
frente a infinita vida.
Jorge Guillen

Bueno una vez mas en una capital y nada menos que en la de Colombia, con todo lo que escuchamos en estos tiempos de las guerrillas, grupos paramilitares y demás amenazas de violencia, que si bien es cierto no es en esta zona, pero una capital tan grande siempre existen las amenazas, y la sensación de la historia del país esta como presente, pero en fin lanzados a la aventura.
Se podría decir que Bogota nos recibió en un lugar muy calido, muy parecido a nuestro entrañable San Telmo, casas antiguas muchos bares y teatros, lugares donde tocaban grupos de música desde lo mas variado, un lugar lleno de jóvenes cargado de una energía muy Especial, allí llegamos los tres yiramundi, el pechu Niggli, el gamuza Dolabani y el cordobés culiao...que contar de este lugar, podríamos decir que vimos dos obras de teatro, que vendimos nuestras artesanías, y también intentamos desplegar nuestro arte callejero junto a un grupo de argentinos que conocimos en el viaje, cabe destacar que una vez entrando en la peatonal con un diyividu en la mano,(para los que no lo conocen un instrumento musical de viento) decidiendo captar la atención del publico, tiramos los primeros sonidos musicales y sentimos una contestación de otros sonido ,claro que este musical si, pero de arriba del techo de un auto, la policía, un patrullero y dos motos que habrían de nuevo la peatonal, en fin nos corrimos a la vereda y con un numero importante de espectadores ,unas 10 personas mas o menos realizamos nuestra rutina, no conforme con este resultado se armo una rutina de malabares, teatro en los semáforos y en este caso si nos divertimos mucho y la gorra fue satisfactoria, en fin esa fue nuestra experiencia artística por bogota.No se puede dejar de hablar, de nuestro hospedaje en lo de Franc, un tipo muy copado que nos dio un entrepiso ,una cocina y un baño por un muy buen precio, a los pocos días se sumaron los argentinos que mencionábamos anteriormente, y de tres pasamos a ser siete, altas comilonas y paseos nocturnos, y lindas tardes tejiendo en este lugar, ah no queremos dejar de nombrar la compañía de las ratas, que parecían ponis, tenían como 80 kilos, ha las que en algún momento, nos camino en la cara y por la espalda, eso si lindos masajes ,no los podemos quejar!!!!,este bogota tan temido nos dejo un recuerdo muy lindo, bueno eso es todo amigos, saludos a la banda amiga…
Hasta la Próxima Estación… Esperanza
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