martes, 1 de julio de 2008

19 de junio - Estacion Medellin (Colombia)

"Para el logro del triunfo
siempre ha sido indispensable
pasar por la senda de los sacrificios."
Simón Bolivar

Después de discutir el precio en la Terminal de Bogota, encontramos bondi que nos lleve a Medellín, la ciudad de la primavera eterna. Allí llegamos luego de 10 horas de viaje en el cual el cordobés inundo el pasillo con sus vómitos y revueltas.
Pues, nos ubicamos en el barrio Constitución porteño de la ciudad colombiana, en donde los travestís –principalmente- paseaban sus peludas piernas por las esquinas y bares. En fin, nos acomodamos en un hotelucho por 18 mil pesos por día los tres, que en realidad, fue lo más económico que encontramos en la gran babilonia paisa.
Nuestros días fueron tranquilos en la ciudad, nos cobijamos en la habitación para compartir nuestros últimos momentos juntos, ya que Gamu partiría solo para la costa colombiana y nosotros haríamos lo mismo hacia Turbo, buscando la carretera que nos acerque a Panamá.
Recorrimos las calles de la ciudad y anduvimos en el famoso metro de Medellín, el cual es postura de envidia de los bogotanos. Este servicio que une la ciudad de norte a sur y además, cuenta con un servicio de metro cable, mas conocido en la Argentina como teleférico, conecta los altos cerros con el centro de la ciudad en sus dos orientaciones, occidente y oriente. Allí, se puede percibir con claridad el gigante valle en la cual esta construida la ciudad paisa.
A su vez, Gamu y Córdoba, hicieron teatro y malabares en el semáforo y trajeron consigo unos billetes y la amistad remota de una cordobesa, una colombiana y una peruana, que nos invitaron a compartir unos días en la casa de dos jóvenes colombianos, en donde ellas estaban hospedándose.
Pues allí fuimos y estuvimos 2 noches mas en la ciudad, en donde parchamos en la avenida principal y vendimos lo suficiente para recuperar el dinero mal gastado en el hotel las pasadas 3 noches.
Con comodidad y cocina de por medio, cocinamos rica comida y compartimos mates y aventuras entre los 7 ocupantes. Fueron 2 días de tranquilidad y desencuentro con el alma, ya que una congoja envolvía los sentimientos y las miradas entre los 3 Yiramundis que a lo largo del viaje habíamos conectado alianza y unión verdadera.
Cada uno debía seguir su camino y así lo habíamos comprendido desde que entablamos el tema sobre el día de la despedida pero, llegado ese momento, no queríamos que ocurra. Gamu, amarro su hogar caminante, su madera, su termo y mate y partió rumbo a lo desconocido, con su yo y el otro yo. En tanto, con Córdoba, escogimos nuestras pertenencias y salimos hacia otro rumbo pero con el mismo destino de lo desconocido. Los tres seguimos en busca de un ideal, por la carretera y a la distancia nos seguimos preguntando: ¿Por donde saldrá el sol?

Hasta la Próxima Estación… Esperanza

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