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sábado, 2 de agosto de 2014
Estación Ollantaytambo
Para la lengua quechua, el nombre proviene
de la palabra Ollanta (que es el nombre de un capitán Inca) y del
término, tambo, una derivación española del vocablo quechua tampu; que
quiere decir, "ciudad que ofrece alojamiento, comida y consuelo a los
viajeros".
Este pequeño pueblo sumergido en la montaña
tiene un encanto particular, más allá de que esté en el Valle Sagrado, sus
callecitas empedradas y sus muros, le dan un sentido ancestral.
Nosotros, llegamos con el cuerpo castigado por las 9 horas de caminata por las vías del tren pero con el alma ensanchada
de felicidad. Por todo lo que habíamos vivido y por lo que aún teníamos que
procesar de lo acontecido. Y este pueblo, fue el lugar ideal para llevar a cabo
nuestros pensamientos.
El frío, se hizo presente por las noches y
el calor, quemó nuestros cuerpos durante el día. La inmensa ruina que viste la
zona norte del pueblo, nos sirvió de escenario para matear junto a unas piedras
y contemplar el viento, que acariciaba nuestro ser.
Allí, conocimos a unos artesanos, padre e
hijo, y fuimos cómplices de una charla que duro horas. Una charla que trató
temas de interés social, cultural y político y por los cuales, casi no nos
ponemos de acuerdo en muchos de ellos.
Así, nos fuimos a almorzar para luego
partir rumbo a Cusco, en donde nos esperaban las mochilas para seguir viaje
hacia Copacabana, Bolivia.
Ollantaytambo - El sector ceremonial
Estaba dedicado principalmente al culto de "Unu" o "Yaku"
(deidades del agua). Por ello, existieron una serie de fuentes que sirvieron
para este fin, como el Baño de la Ñusta, que es una de las fuentes labradas en
una sola pieza de granito, de 1.30 metros de alto por 2.50 metros de ancho. Es
una de las más conocidas y todavía fluye agua de su interior.
Este lugar está constituido por una corta planicie que lleva a un enorme cerro
en cuyos lados se ubican diversos monumentos arqueológicos. El principal de ellos
se ubica en la cima y es conocido como La Fortaleza o Casa Real del Sol.
Las Terrazas de Ollantaytambo
Al oeste de la plaza se halla un conjunto de terrazas que sirvieron para dos
propósitos: el cultivo, y para detener la corrosión de los templos más
importantes de la zona.
Hacia la derecha se ubican los andenes orientados hacia el lado de la plaza. El
grupo superior de éstos, destaca por el fino labrado de sus piedras y su
excelente ensamblaje. El último andén contiene el recinto con diez hornacinas,
llamado también, el Templo de las diez ventanas, y la Portada Monumental, cuya
función aún se desconoce.
Destaca también el Inca Misana, un acueducto tallado en las piedras de la
montaña, junto a una fuente litúrgica, pequeñas escaleras, y nichos de aperturas
falsas; que servían como lugar donde el Inca hablaba a su gente.
La posición privilegiada de Ollantaytambo, permitió que hubieran otros
edificios pequeños localizados estratégicamente en ángulos altos de las
montañas, para controlar el movimiento de la gente en el valle. (www.cusco-peru.org)
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Etiquetas:
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